Que mi vida sea olor grato y agradable a Dios
“Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó
a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.”,
Efesios 5:2
“y hagáis ofrenda encendida a Jehová, holocausto, o
sacrificio, por especial voto, o de vuestra voluntad, o para ofrecer en
vuestras fiestas solemnes olor grato a Jehová, de vacas o de ovejas;”, Números
15:3
Como sombra de lo que había de venir, en el antiguo
testamento, por medio de los sacerdotes, el pueblo de Israel ofrecía ofrendas a
Dios, de lo mejor que tenían, y si lo hacían de acuerdo como Dios lo había
enseñado (Éxodo 29:18), era recibida la ofrenda como olor grato y agradable a
Dios, pero en caso contrario no era bien recibida la ofrenda si tenía algún
defecto o había engaño en el corazón del que la ofrecía (Malaquías 1).
Cristo fue la ofrenda y sacrificio, con olor más agradable y
especial, recibida por Dios, que nadie podrá igualar; más nosotros, luego de
que recibimos a Cristo, estamos llamados a andar en amor y hacer que nuestra
vida destile una fragancia pura y agradable a Dios.
Reflexionemos, por tanto, qué cosas no tienen aroma
agradable a Dios: ¿Estamos haciendo algo que arroje un olor desagradable a
Dios? ¿Nuestro tiempo es de calidad para con Dios? Lo que estamos haciendo en
nuestro trabajo, relaciones, pensamientos y decisiones, ¿le agradará de
nosotros, y será aceptado? (Malaquías 1:8).
Que nuestra vida sea en todo lo que pensamos, hacemos y
decimos, agradable a Dios, haciendo todo con la verdad, el compromiso y calidad
que Él merece. Esto será olor fragante y agradable a Dios. Oración.
Señor, que mi vida exprese el olor grato de Cristo, que todo
lo que haga sea agradable a ti y suba a tus pies como la mejor ofrenda de
obediencia y amor. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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