Dios usa nuestras vidas
«Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había
hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas. Entonces envió
Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me
añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de
ellos. Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y
vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el
desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando
morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que
mis padres»
Dios usó a Elías en el monte Carmelo para hacer descender
fuego desde el cielo sobre los profetas de Baal. Y sin embargo se desplomó bajo
las amenazas de Jezabel. Como fugitivo, huyendo de la reina, y deseando
morirse. En el momento en que desvió su atención de Dios al enemigo, se vio
desbordado. Entonces el Señor le volvió a hablar, aunque esta vez no lo hizo de
forma espectacular, sino con “un silbo apacible y delicado”, llevándole a un
lugar apartado para que descansara y pasara tiempo con Él. Cuando la nación
volvió a ver a Elías después de este episodio, éste ya se había fortalecido
espiritualmente.
Entonces, responde a la pregunta: “¿Has desviado tu
atención, de Dios a “las cosas que tienes que hacer”? Si es así, necesitas
tiempo a solas con Dios. Cuando Él te llame para que te apartes a descansar,
hazlo inmediatamente
Hay dos peligros que le siguen a todo triunfo: Primero,
pasar demasiado tiempo escuchando los elogios del mundo. Segundo, dar por hecho
que tienes todo lo necesario para triunfar en tus propias fuerzas. Si haces una
de esas dos cosas, te desconectas de Dios, la fuente de toda fortaleza. David exclamo:
“El Señor es la fortaleza de mi vida, ¿de quién he de atemorizarme?”. Sólo
puedes ser audaz y valeroso si tu fe está cimentada en Dios.
Además, Dios envió a Eliseo para que asistiera a Elías; Él
también puede enviar a la persona adecuada para ayudarte a ti. Él sabe lo que
necesitas para volver a levantarte y seguir adelante. Oración.
Padre Amado, te ruego que mis pensamientos sean cautivados
por ti, que mi atención se centre en tu Palabra para que mi fe se fortalezca, y
mi confianza esté cimentada en tu ley. Quiero servirte con toda firmeza,
integridad y santidad. Te amo Señor. Amen.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
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