Depresión y ansiedad
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la
paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y
vuestros pensamientos en Cristo Jesús.”, Filipenses 4:6-7
Los trastornos de ansiedad y la depresión son hoy en día
catalogados como enfermedades en aumento, casi como epidemias, que inciden
directamente en la salud física de quienes los padecen. Millones de personas
sufren los efectos de estos trastornos que están catalogados y son estudiados
por diversas organizaciones en el mundo, por la alta incidencia en la
productividad y calidad de vida de las personas (DSM-5 Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales)
Las personas que sufren de depresión, por ejemplo, pueden
expresar llanto en cualquier momento, nada les causa alegría, no quieren salir
de casa, sólo desean estar durmiendo, no quieren hablar con nadie, lo que al
final conduce a un mayor grado de depresión.
Por esto, necesitan ayuda pronta, como dice Proverbios 12:25
“La congoja en el corazón del hombre lo abate; más la buena palabra lo alegra.”
Y esta buena palabra es sin duda, la Palabra de Dios, que no sólo alegra el corazón,
sino que da una solución eficaz para sanar la depresión, la ansiedad y la
angustia de la vida.
Cristo nos enseñó a confiar en Dios en estos momentos,
explicándonos que de nada sirve preocuparse, o llenarse de ansiedad, pues Dios
tiene cuidado de nosotros y nos provee para todas nuestras necesidades, incluso
para las más comunes como el alimento y el vestido, así como lo hace con las
aves del cielo, en mayor prioridad lo hace con nosotros. No nos afanemos, por
tanto, por las cosas materiales, o por las cosas temporales de la vida, Dios
sabe lo que necesitamos y está dispuesto a proveernos, pero nuestra prioridad
debe ser el reino de Dios y su justicia, para que lo demás sea añadido (Mateo
6:25-34), es decir: tener una relación directa, continua con Dios, en
obediencia y amor. Es lo más importante para nosotros y esto nos ayudará a
controlar o sanar la depresión y la ansiedad.
Así mismo, cuando alguna dificultad nos quiere llevar a la
ansiedad o a la depresión, debemos recordar que podemos llevar todo en oración
a Dios, por medio de la fe en Cristo, y La Paz de Dios cuidará nuestra mente y
corazón, entonces así experimentaremos esa paz que supera todo lo que podemos
entender. Oración.
Señor, necesito de ti, que llenes mi vida, que tomes el
control de mis pensamientos y que mi corazón lo llenes de tu paz, quita toda
ansiedad pues por nada voy a estar deprimido al tenerte a ti Jesús; eres mi
mayor consuelo, mi mayor alegría, gozo y paz para mi vida. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario