Como a vaso frágil
“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente,
dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la
gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo.”, 1 Pedro 3:7
Nos han enseñado a los hombres que somos la cabeza del hogar
y a tener autoridad, pero no debemos ser autoritarios, no debemos ser duros con
las mujeres ni con nuestra familia, ni impositivos, sino tratar a todos con
amor y ternura.
Nuestro compromiso es santificar a nuestra esposa, hermanos
y/o a quienes tengamos a cargo, con la Palabra de Dios; porque la
responsabilidad Bíblica de todo varón es ser el pastor de su familia, enseñando
con diligencia la Palabra de Dios a sus hijos y a su cónyuge, con amor. Si
hemos de corregir que sea “suavecito y al oído”, esto es, con ternura, con
paciencia y amabilidad, porque como nos enseña la Palabra de Dios, el amor no
se irrita fácilmente, no guarda rencor. (1 Corintios 13).
Pidamos a Dios que nos llene de todo su amor, tratemos a
quienes tenemos bajo autoridad con cariño y suavidad, con todo respeto y a las
mujeres como a vaso más frágil, porque participan por igual del regalo de la
nueva vida que Dios nos ha dado por la fe en Cristo, así nuestras oraciones no
tendrán estorbo. Entonces seremos verdaderos protectores y proveedores de
nuestro hogar. Oración.
Señor, ayúdame a ejercer con sabiduría y amor el rol que has
dispuesto para mí, sabiendo que de todo tendré que dar cuenta, ayúdame a ser
administrador fiel del amor que estoy llamado a compartir. Amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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