La confianza en Dios
“Hazme oír por la mañana tu misericordia, porque en ti he
confiado; hazme saber el camino por donde ande, porque a ti he elevado mi
alma.”, Salmos 143:8
Todos hemos tenido momentos de angustia o duda, en donde no
vemos el camino a seguir y desconfiamos del porvenir, pero es en este instante
que debemos recordar que podemos confiar plenamente en Dios. Confiar en Él nos
trae nuevamente a la verdad, a la realidad del reino de Dios, nos coloca en un
piso firme, donde podemos decir: “Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en
quien confiaré.” (Salmo 91:2).
Se trata entonces, de recordar y de poner en acción la
confianza en Dios, no como un método de autoayuda, pues Dios es fiel, sino que
en varias ocasiones se nos olvida que Él está con nosotros siempre, somos
nosotros los que nos alejamos y tomamos decisiones sin contar con su ayuda y
tratamos de “resolver” con nuestra fuerza. Podemos creerle a Dios y confiar
cuando Él dice “No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5), pues Dios
bendice a quienes confían en Él y están atentos a su Palabra (Proverbios
16:20).
La escritura dice en 1 Juan 5:14 “Y esta es la confianza que
tenemos en él, que, si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye”
y si no oye, podemos confiar en que tenemos lo que le pedimos; pero también nos
instruye a pedir con fe, sin dudar (Santiago 1:6), pues esta duda denota una
falta de confianza en Dios.
Si hay alguna necesidad, Dios suplirá todo lo que
necesitemos, conforme a las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de
Cristo Jesús (Filipenses 4:19). Por lo tanto, mantengámonos confiados en Él,
haciendo lo que agrada a Dios, demostrando con acciones que verdaderamente
confiamos en sus promesas. Esto hará prosperar nuestro camino, será nuestro
deleite y en consecuencia: Él nos concederá los deseos de nuestro corazón
(Salmos 37:3-4) conforme a su voluntad. Oración.
Señor, sé que puedo confiar en ti, descansar en tus promesas
y esperar atentamente tu ayuda. Quita toda desconfianza de mi corazón, porque
será mi firmeza y mi triunfo el confiar plenamente en ti, aun en tiempos de
sequía. Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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