Yo soy el buen pastor
Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me
conocen, así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida
por las ovejas. Juan 10:14-15.
El Señor es mi pastor; nada me faltará. Salmo 23:1.
Jesús no es sólo un pastor, sino el pastor, o más bien, “el
buen pastor”. En la Escritura el pastor es la imagen de un conductor
espiritual. En Israel había muchos jefes religiosos y, a menudo, eran malos
pastores que no cuidaban a las ovejas (Ezequiel 34:4). Jesús no se presenta
como un jefe religioso, sino como el Mesías, el único pastor que Dios daba al
mundo y a quien los profetas anunciaban.
¿Por qué él es “el buen pastor”? Porque sólo él venía de Dios
y traía la verdad. Esto es cierto, pero no es la única razón. El buen pastor, a
quien pertenecen las ovejas, está puesto en contraste con aquel que sólo cuida
el rebaño por un salario, mientras que el buen pastor da su vida por ellas. La
abnegación del Salvador hasta la muerte le da el tan hermoso título de “buen
pastor”.
Al haber dado su vida para salvar a las ovejas, ¡con cuánto
más cuidado y amor las conduce! Conoce a cada una de ellas por su nombre y a su
vez cada una de ellas conoce la voz del buen pastor. Las falsas doctrinas
pueden abundar, pero sólo el Señor debe guardar la autoridad en nosotros
mediante su Palabra.
Bajo su custodia estamos seguros. Ninguna fuerza exterior ni
debilidad interior pueden arrebatarnos de la mano del buen pastor. En Lucas
15:3-7 él mismo lleva su oveja sobre sus hombros hasta la casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario