Las Vasijas y el Aceite
En 2 Reyes 4:1-7 tenemos una historia de la provisión
milagrosa de Dios para la viuda de uno de sus profetas, en días de Eliseo.
En esta historia, que de por sí es increíble, Dios nos pinta
a la misma vez un cuadro de la iglesia. Vemos en este pasaje a esta viuda en
peligro de perder a sus dos hijos ante el acreedor, quien los quiere por
siervos, en pago de la deuda. La madre clama al profeta por ayuda; y ante la
pregunta de ¿qué tienes en casa”, ella declara lo único que tiene, “sino una
vasija de aceite” (2 Reyes 4:2).
Ante la guía del profeta, sus hijos piden prestadas vasijas a
los vecinos; y por orden del mismo Eliseo, se encierran en casa con su madre,
“y ellos le traían las vasijas, y ella echaba del aceite.” (2 Reyes 4:5).
2 Reyes 4:6 “Cuando las vasijas estuvieron llenas, dijo a un
hijo suyo: Tráeme aún otras vasijas. Y él dijo: No hay más vasijas. Entonces
cesó el aceite.”
Con el aceite recogido, ella paga toda la deuda, y tiene
suficiente para vivir con sus hijos. 2 Reyes 4:7 “Vino ella luego, y lo
contó al varón de Dios, el cual dijo: Ve y vende el aceite, y paga a
tus acreedores; y tú y tus hijos vivid de lo que quede.” Y como cuadro, podemos
ver a estas vasijas / creyentes, ser traídos del mundo a casa, por medio del
evangelismo; para allí, por la palabra de Dios y su poder, ser llenos del
Espíritu Santo, y transformados a la imagen del Señor Jesucristo, cuando otro
creyente, a través del discipulado bíblico, vierte su vida en ellos.
Con esto en mente, lo que quisiera señalar esta mañana es lo
siguiente: El aceite cesa porque ya no hay más vasijas, no porque se haya
acabado. Es decir, el problema no es del aceite, sino del número de vasijas
traídas a casa. Mientras haya vasijas que llenar, habrá aceite en casa, para
llenar esas vasijas; pero si dejamos de traer vasijas, cesará el aceite.
Mientras le creamos a Dios, hablemos de Jesús a otros,
invitemos personas sin Cristo a la iglesia, y prediquemos el evangelio, que es
poder de Dios para salvación, habrá suficiente Espíritu Santo para salvar y transformar
muchas vidas más. Pero en el momento, que por alguna razón, dejamos de hacer la
tarea… “Entonces cesó el aceite”
Como creyentes hablamos de “iglesias vivas” e “iglesias
muertas o dormidas”… lo que estamos diciendo es que en unas están llegando aún
vasijas sin aceite, y el aceite sigue fluyendo, llenando y transformando vidas;
pero en otras, tristemente ya “cesó el aceite”
A esto nuestro Buen Dios Salvador dice:
Isaías 50:2 “¿Por qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando
llamé, nadie respondió? ¿Acaso se ha acortado mi mano para no redimir? ¿No hay
en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar;
convierto los ríos en desierto; sus peces se pudren por falta de agua, y mueren
de sed.”
Isaías 59:1-2 “He aquí que no se ha acortado la mano de
Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras
iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros
pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.”
Dios nos dice… arrepentirse y creer, para así hacer la tarea,
y ver mi gloria correr de nuevo. Vivan vidas santas, y traigan esas vasijas a
casa, a ver si yo no las lleno con aceite.
MARANATA – EL SEÑOR VIENE
1 CORINTIOS 16: 22. El que no amare al Señor Jesucristo, sea
anatema. El Señor viene
2 Pedro 3. 9. El Señor no retarda su promesa, según algunos
la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo
que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
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