VAYA TRAS QUIENES SIGUEN A CRISTO
Pablo estableció el patrón para nosotros. En estos tiempos de
engaño, acusación y falso discernimiento, busquemos y acatemos a aquellos que
caminan tras el modelo de Pablo. Discernamos la influencia de Jesús en aquellos
nos lideran. Cuando claramente vemos al Señor, vayamos tras quienes siguen a
Cristo. Muchos maestros pasaran por la vida de usted. Recuerde las advertencias
de Pablo al buscar dirección en oración acerca de las enseñanzas de quienes
podrían influir sobre su vida. Busque aquellos que están prosiguiendo al premio
de alcanzar la semejanza a Cristo. Respecto a los otros, ore por ellos, párese
junto a ellos, y, según sea guiado por el Señor, incluso congréguese en sus
iglesias y aliéntelos en amor y oración. Pero si ellos no están yendo a donde usted
lo hace, ¡no los siga! Pablo dijo: "Una cosa hago: olvidando ciertamente
lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que esta delante, prosigo a la meta,
al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús" (v.13-14). ¿Qué
fue lo que Pablo decidió "olvidar"? Él puso a un lado las heridas,
perdonó las ofensas, y entregó en manos de Dios las desilusiones del ayer. Él
prosiguió a la meta, al premio de poseer a Cristo. Pablo continuó en
Filipenses: "No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que
prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por
Cristo Jesús" (Fil. 3:12). Nuevamente, estamos buscando el patrón que Dios
busca para cada uno de nosotros. ¡Un cristiano maduro es alguien que vive en la
búsqueda de Dios! Pablo no abrazó la muerte como una entidad en sí misma; él
abrazó la muerte de Cristo, la cual es no solamente lamuerte del yo, sino
también el triunfo del amor. Es esta entrega "a muerte por causa de
Jesús" que permite que "la vida de Jesús se manifieste en nuestra
carne mortal" (2 Cor. 4:11). Y todavía, conocer a Cristo significa también
participar de Sus padecimientos mientras ponemos nuestras vidas por la
redención de otros. Aquellos que padecen por Jesús, recuerden: la participación
de Sus padecimientos es parte del conocerlo a Él. Hay una diferencia entre
conocer una colección de verdades religiosas y realmente conocer a Cristo. La
verdad está en conocer a Jesús; Él mismo es el camino, la verdad y la vida.
Conocerlo es la vida eterna, y vivir en comunión con Él es participar del
néctar del cielo. "A fin de conocerle, y el poder de Su resurrección, y la
participación de Sus padecimientos, llegando a ser semejante a Él en Su muerte,
si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos" (v.
10-11). Amados, comenzamos este estudio con la advertencia de Pablo:
"mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros
" (v. 17). En el siguiente versículo, Dios revela el patrón que querremos
imitar: Pablo se separa a sí mismo aun más de la ley mosaica, revelando que su
búsqueda es "ser hallado en Él (Cristo), no teniendo mi propia justicia,
que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo (v. 9). Habiendo sido
guardado de las consecuencias de la Ley, y habiendo recibido una nueva fuente
de "justicia que es de Dios por la fe", Pablo es libre de ir en pos
de su verdadero destino: ¡La semejanza a Cristo! Luego de presentar su notable
linaje en los versículos 5 - 6, israelita de nacimiento; fariseo de acuerdo a
la Ley, perseguidor de la Iglesia y de acuerdo a la definición de justicia de
la Ley, irreprensible - Pablo renuncia luego a las cosas mismas que alcanzó o
logró, diciendo: "Pero cuantas cosas eran para mi ganancia, las he
estimado como perdida por amor de Cristo" (v. 7). Para los maduros, ningún
puesto u opinión de hombres puede reemplazar "la excelencia del
conocimiento de Cristo Jesús (nuestro) Señor". El más asombroso de los
logros "lo tengo por basura para ganar (nosotros) a Cristo" (v. 8).
Una cosa es ser capaz de discernir lo que es falso, pero de mucho más valor es
conocer claramente el patrón de la verdad. Así, Pablo utiliza el capitulo tres
de Filipenses para revelar la actitud de su corazón. Al hacerlo, nos da el
patrón o modelo de lo que debemos buscar en un líder. La esencia de este error
consistía en que la expiación de Cristo no era suficiente para la salvación;
además era necesario guardar todo el conjunto de las leyes mosaicas para ser
salvos. Hoy en día la gente continúa importando obligaciones religiosas a la experiencia
de salvación. Al exponer y advertirnos contra la influencia de la "falsa
circuncisión", Pablo estableció una protección contra la atadura de las
exigencias legalistas a fin de recibir la salvación. Y mientras ciertamente el
camino que lleva a la vida es angosto, el Camino es una Persona: Jesucristo. No
llegamos a la meta por cumplir leyes sino al encomendarnos al cuidado de
Cristo. La tercera advertencia fue dirigida contra la "falsa
circuncisión" (Fil. 3:2). Estos eran los judíos cristianos que, cuando
fueron salvados, trataron de hacer del cristianismo una extensión del judaísmo.
Esta última enseñanza fue la más peligrosa, por cuanto parecía ser la más
razonable. Parte de los esfuerzos de Pablo como apóstol era edificar una unidad
Cristo-céntrica entre los cristianos. Sin embargo, los "malos
obreros" estaban centrados en sÍ mismos antes que en Cristo. Antes de
seguir a líder alguno, verdaderamente debemos ver la influencia de Cristo en
crecimiento en el carácter de ese individuo. Busque escuchar a su pastor
hablar, al menos ocasionalmente, de su visión de alcanzar la semejanza a
Cristo. Busque evidencias de humildad; busque ver una carga por la oración, y
ver cómo él cultiva la unidad con otras iglesias cristianas. Si su pastor o
líder está creciendo en estos valores, entonces él está también creciendo en
fiabilidad. Al procurar él seguir a Cristo, probablemente el fruto de su
ministerio será saludable. Pablo no estaba diciendo, por supuesto, que se
ignore completamente lo que está mal en las personas. Necesitamos
discernimiento. Permítame decirlo lisa y llanamente: Hay serios errores
doctrinales y pecados en la Iglesia moderna. Pero cuando usted observe un
patrón de ira, buscadores de faltas en otras personas, cuando en ellos el punto
de vista primario parece siempre negativo, cuidado. Recuerde, Jesús advirtió
acerca de los fariseos quienes "confiaban en sí mismos como justos, y
menospreciaban a los otros" (Lucas 18:9). Cuidado cuando su maestro debe
con frecuencia menospreciar a otros para exaltarse a sí mismo. La Iglesia de
hoy tiene personas parecidas, quienes andan buscando faltas, quienes
incesantemente y en su propia justicia se alimentan de la basura de los
fracasos de la condición humana. Pablo está diciendo: "Cuidado con
aquellos que siempre tienen algo negativo para decir, quienes continuamente
están juzgando o difamando a otros. Si usted los escucha, se volverá como
ellos. Sus palabras le robaran la visión, lo dejaran sin alegría, y drenaran su
energía". Al primer grupo Pablo identifica como "los perros". La
frase "cuidado con el perro" nos es conocida aun hoy. Significa que
aquí hay un animal perverso. La mayoría de los perros en los tiempos de Pablo
eran carroñeros. Uno podía encontrar docenas de estos animales comiendo desperdicios
en los basureros fuera de las ciudades. Pablo comenzó su discurso revelando
tres tipos de falsos maestros. Él advirtió: "Cuidaos de los perros,
cuidaos de los malos obreros, cuidaos de la falsa circuncisión" (Fil.
3:2). Estos tres tienen cada uno su homólogo moderno. El contexto dentro del
cual escribió Pablo, describe su propia justicia antes de encontrar a Cristo y
su posterior abandono radical de la confianza en la carne. Estudiaremos
cuidadosamente estos versículos, porque en una época en la que el engaño va en aumento,
no todos los que claman "verdad, verdad" están hablando en defensa de
la conformidad a Jesús. El Apóstol Pablo enfrentó un grave problema en el
primer siglo. Falsos maestros se habían introducido en la Iglesia. El Apóstol
advirtió a los filipenses, y a nosotros por extensión, a reconocer las
diferencias entre un verdadero hombre de Dios y un falso maestro o profeta. Sin
ninguna pose de falsa humildad, Pablo declaró que tanto su visión y su actitud
espiritual son ejemplos que nosotros debemos seguir. Él nos instruye en
nuestras habilidades de discernimiento a que busquemos y "acatemos" a
líderes quienes son ejemplo del eje del propósito de Dios, el cual es poseer la
semejanza con Cristo. "Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que
así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros" -- Filipenses
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