Hebreos 11:8-10
Por la fe Abraham cuando fue llamado para ir a un lugar que
más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba. Por
la fe se radicó como extranjero en la tierra prometida, y habitó en tiendas de
campaña con Isaac y Jacob, herederos también de la misma promesa porque
esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de la cual Dios es arquitecto y
constructor.
Génesis 12 narra esta historia de Abraham. El versículo 1
dice: Jehová dijo a Abram: vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de
tu padre, a la tierra que te mostraré. Abram salió de su tierra y no reclamó ni
cuestionó al Señor. Simplemente obedeció. ¡Por eso es nuestro ejemplo de fe el
día de hoy! Cuando Dios habla, nosotros debemos escuchar e inmediatamente
después, obedecer. Eso es fe. Eso es ser un verdadero hijo de Dios. Dios quiere todo tu ser. Quiere que le
entregues tu corazón. Tus pensamientos. Tus deseos. Tus miedos. Todo. No tengas
miedo ni dejes que el mundo a tu alrededor frene ese llamado que Dios te hace.
Sabes perfectamente cuando Dios te habla. Esas palabras tocan tu corazón.
Remueven lo que pensabas nunca podría ser removido. Abren todo lo que quieres
esconder. Simplemente sacuden todo tu piso. No le des la espalda a esas
palabras. Ten fe y deja que Él se encargue de dirigir tu vida. Así como Abram,
toma tus cosas y deja de vivir conforme a tu voluntad y comienza a vivir
conforme a Cristo.
Oración
Padre: quiero vivir con mi fe puesta en Ti. Quiero escucharte
y obedecerte como lo hizo Abram. Quiero dejar de dudar y cuestionar. Te entrego
mi vida. Te entrego todo para que pueda vivir conforme a tu voluntad. Guíame y
no permitas que me aparte de Ti. En el nombre de Cristo Jesús. Amén
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