jueves, 2 de marzo de 2023

Hijos de Dios sin transformación

 

Hijos de Dios sin transformación


“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” Romanos 12:2.

Es muy común hoy en día encontrar personas que han realizado una oración de fe recibiendo al Señor Jesús como su Salvador, hecho que como nos declara la Escritura en Juan 1:12 y Romanos 10:9 nos hace hijos de Dios y nos proporciona salvación. Lo cual, quiere decir que cada vez más el evangelio se está extendiendo por toda la tierra, algo que es extraordinariamente bueno, pero infortunadamente también se ve el aumento del número de hijos de Dios sin transformación.

Hijos de Dios que siguen haciendo la voluntad de su carne y de sus pensamientos tal como lo hacían antes de conocer a Dios, así como nos lo dice Efesios 2:3 «entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás».

Así que, en lo que debemos reflexionar sincera y diligentemente el día de hoy, es en la manera en la que estamos llevando nuestra vida. ¿Será que cada decisión que tomamos está influenciada y respaldada por la voz de Dios? O ¿será que en cambio nuestra influencia está viniendo del mundo, las redes sociales, nuestros pensamientos o nuestros deseos?

Hermanos, somos hijos de Dios y por ende debemos vivir como tal, es decir bajo su autoridad, transformando nuestra manera de pensar y de actuar a través de la lectura, meditación y aplicación de la Palabra del Señor.   Oración.

«Padre amado, no quiero ser una persona tibia o falsa, que se enorgullezca de ser llamado tu hijo, pero que con mis acciones lo niegue. Te pido que por el Espíritu Santo que mora en mí me redarguyas y me lleves a corregir todo aquello que está en contra de tu buena, agradable y perfecta voluntad. Por Jesucristo mi Señor, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 1 de marzo de 2023

Un homenaje al amor

 


Un homenaje al amor

“Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen.” , Apocalipsis 14:13

“Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.”, Romanos 14:8

El Espíritu Santo actúa de muchas maneras para glorificar a Cristo, una manera muy especial en la que actúa, es a través de los mismos creyentes, por eso les dota de dones muy particulares repartiendo como Él quiere. (1 Corintios 12:11).

Uno de esos dones esenciales es el don de enseñar y por eso el Señor constituye maestros para la edificación de los creyentes (Efesios 4:11).

Dios mismo llama y también por su Espíritu dota de virtudes especiales para que su obra y su propósito se lleven a cabo.

En mi experiencia personal, tuve una maestra que me enseñó la Palabra de Dios, me guió a dar mis primeros pasos en la fe y sobre todo me dio ejemplo de templanza, humildad y persistencia, cuando me llamaba de manera diligente y constante buscando espacios para reunirse conmigo y continuar edificando en mi un hombre hecho a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. (Efesios 4:13).

Sus enseñanzas nunca se apartaron de la Palabra de Dios, con precisión, bondad y mucha paciencia me transmitió cada principio para bendecir mi vida y con esto la de las personas que me rodean.

Esta maestra ya se fue a recibir la corona incorruptible de gloria prometida por Dios a los que le sirven (1 Pedro 5:4), y ahora tengo la percepción inequívoca de que lo que recibí de ella fue amor del más puro, un amor que transformó mi vida, el mismo amor de Cristo y ahora que ella está en los brazos del Señor me queda una misión: Por el mismo Espíritu que actuó en ella y que también está en mi corazón, vivir mi vida amando, enseñando y sirviendo como un homenaje al amor.

“En homenaje a Emperatriz Roa de Sanchez, fundadora de Conexión de Vida. 1940-2023.”  Oración.

«Gracias Señor por la obra que has hecho en mí cuando tu Espíritu actúa por medio de otros hermanos y maestros que tú has levantado en la iglesia, que nuestra vida sea un homenaje al amor de Cristo que nos transmitieron. En el nombre de Jesús. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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lunes, 27 de febrero de 2023

Vivamos el mensaje del Evangelio

 


Vivamos el mensaje del Evangelio

«La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces más que miel, y que la que destila del panal» Salmo 19:7-10.

«Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra, pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.» Santiago 1:22-25.

Estos pasajes nos deben llevar a reflexionar si estamos viviendo el mensaje del evangelio o somos simples oidores, engañándonos a nosotros mismos, ya que debemos actuar de forma consecuente cuando escuchamos la palabra de Dios. No somos cristianos solo por oír, sino cuando lo que oímos se transforma en acciones.

Cuando nos exponemos a la verdad de la palabra, esta revela lo que somos y cómo deberíamos de ser; pero si solo escuchamos y no actuamos, de nada sirve. La palabra es como un espejo que nos muestra la corrupción de nuestra naturaleza y el estado de nuestro corazón, nos habla claramente de cada aspecto de nuestra vida, nos muestra nuestro pecado, nos lleva al arrepentimiento, convierte nuestra alma y nos hace sabios para obrar, porque lo que produce bendición no es el oír la palabra, sino el obedecerla.

El simple conocimiento no basta, porque quien piensa que conocer la Biblia convierte a alguien en piadoso, se engaña a sí mismo; es creyente quien la conoce para recibir la revelación de nuestro Salvador Jesucristo, creer en Él y obedecerle.

Los verdaderos creyentes se identifican por una vida renovada por la palabra. Para esto, tenemos que abrir nuestros oídos espirituales y permitirle al Espíritu Santo que nos dé sabiduría para aplicarla a nuestra vida. La salvación no viene de utilizar métodos humanos, sino de ser humildes y mansos, aceptando la palabra implantada que Dios ha hecho que se arraigue en nuestro corazón al recibir a Jesucristo.  Oración.

«Señor gracias por tu palabra, la cual es la verdad que transformó mi corazón y convirtió mi alma cuando creí, por medio de ella, en mi Salvador y Señor Jesucristo. Ayúdame a escucharla, aplicarla, vivirla con sabiduría, para poder obedecerla en cada aspecto de mi vida, solo así seré bienaventurado en todo lo que haga. En el nombre de Jesús, Amén.    Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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domingo, 26 de febrero de 2023

¡Basta ya!

 

¡Basta ya!

“Puesto que Cristo ha padecido por nosotr


os en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino conforme a la voluntad de Dios. Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías. A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan; pero ellos darán cuenta al que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos.” 1 Pedro 4:1-5

Basta ya de vivir en la carne y también basta ya de acusar y condenar a los hermanos, sino mejor edifiquémonos en amor, corrijámonos con sabiduría y verdad, enseñémonos con el ejemplo, perdonémonos siempre, teniendo en cuenta lo siguiente: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Corintios 10:12).

Pero basta ya del tiempo pasado, donde vivíamos haciendo lo que no agradaba a Dios, en nuestros deseos, embriagados por el vino de nuestros deseos y lascivias. El Espíritu puesto en nosotros es la clave para hacer morir las obras de la carne (Romanos 8:13). Ya no andemos en la obra de la carne: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.” (Gálatas 5:19-21).

Ya no podemos practicar tales cosas, estamos llamados a, por amor, marcar diferencia en medio de una generación perversa; nosotros por la fe venceremos para andar como hijos de luz y esta victoria se trata de aceptar lo que Jesús ya hizo, ya ejecutó y nos lo dio a todo el que cree. Para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Cristo, el inocente murió por los culpables. Pero ahora, liberados de tal condena por su gracia, andemos como es digno del llamado que nos hizo Dios en Cristo. Basta ya también de aplazar la responsabilidad y la misión de predicar este mensaje a otros, basta de excusas, aplazamientos, de colocar otras cosas por encima, pues allí donde estemos, en este momento, podemos evitar que muchos continúen sus vidas hacia el abismo. ¿A quién le creerán, a alguien que habla bonito y parece piadoso o a alguien que demuestra con sus acciones que Cristo vive en él?  Oración.

«Padre, no quiero andar más en el pecado, hoy quiero responder un ¡no! rotundo a todo aquello que en mi vida no te de la gloria, pero no quiero quedarme en buenas intenciones, sino, con la ayuda de tu Espíritu, ser transformado radicalmente y demostrar tu reino en mi vida. En el nombre de Jesús, amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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sábado, 25 de febrero de 2023

Busca la voluntad de Dios

 Busca la voluntad de Dios

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Romanos 12:2

La voluntad de Dios es buena, no es para nuestro mal, sino que Dios en todo tiene planes de bendición y no de maldición, a fin de darnos un futuro y una esperanza; el Señor siempre desea nuestro bien, de ninguna manera nuestro mal (Jeremías 29:11).

La voluntad de Dios es agradable, porque produce gozo en nosotros, no tristeza; y es perfecta porque es el mejor camino que podemos tomar, el que más nos conviene.

La voluntad de Dios, se trata de escuchar las palabras de Jesús, o sea el evangelio mismo, creerlo y obedecerlo, es decir, obedecer a la fe, colocando en práctica los principios que conllevan. El mismo Señor Jesús, dijo: “¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, ¿y no hacéis lo que yo digo?” (Lucas 6:46). Es decir, no solo se trata de escuchar la voluntad de Dios escrita en su palabra, sino llevarla a cabo, cumplirla.

Si la voluntad de Dios busca nuestro bien, nuestra bendición y es lo que más nos conviene ¿por qué razón buscamos hacer nuestra voluntad y por qué queremos que los demás hagan lo que nosotros queremos y no lo que Dios anhela hacer en su vida?

Por tanto, estemos dispuestos a buscar la voluntad de Dios, primero, escuchando su palabra, orando para recibir sabiduría de Dios y pidiendo fortaleza para ponerla por obra.   Oración.

«Padre, quiero hacer lo que te agrada, lo que solo tú sabes que es bueno para mí, esperando en tu favor y en tu tiempo. Así como Jesús, que mi alimento sea hacer tu voluntad y obedecer a tu Palabra. Amén. 

 

viernes, 24 de febrero de 2023

Náufragos

 

Náufragos

“Porque habló, e hizo levantar un viento tempe


stuoso,

Que encrespa sus ondas.

Suben a los cielos, descienden a los abismos;

Sus almas se derriten con el mal.

Tiemblan y titubean como ebrios,

Y toda su ciencia es inútil.

Entonces claman a Jehová en su angustia,

Y los libras de sus aflicciones.

Cambia la tempestad en sosiego,

Y se apaciguan sus ondas.

Luego se alegran, porque se apaciguaron;

Y así los guía al puerto que deseaban” Salmos 107:25-30

“Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar;” 2 Corintios 11:25

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3. Reflexiona

Andábamos como náufragos, sedientos, hambrientos y el mar de la vida nos llevaba de aquí para allá, a ningún lugar. Tormentas y olas feroces arrastraban nuestra alma y nos llevaban a aguas de amargura, temor, soledad, odio, derrota. Había días soleados, pero luego caía una tempestad, todo se destruía y el ambiente se tornaba gris.

Lo peor del naufragio es la condenación, pues el pecado, como una piedra, hunde cada día más el barco y pensamos que no hay salvación. Todo esfuerzo de salir de este embravecido mar es inútil y de soltar esa terrible carga es imposible; entonces, cuando ya no tenemos esperanza en nosotros mismos, clamamos a Dios en nuestra angustia y ¡Cristo viene a nuestro rescate!

Así era nuestra vida sin Cristo y ahora, que Él vino a nuestro rescate, ¿se acabaron las dificultades?, no; pero ahora Él está en nosotros ayudándonos, dándonos fuerza, renovando nuestro gozo, alumbrando con su luz en la oscuridad y, si es preciso, calmando la tormenta, trayendo paz y consuelo a nuestro corazón. Ha colocado en nosotros su Espíritu para que clame por nosotros, para que podamos tomar su fruto de dominio propio, de templanza y no dejarnos vencer por el enemigo. Nos guiará a puerto tranquilo, al puerto de su amor, de la victoria de la fe; entonces, no nos angustiemos, Él lo dijo y así lo cumplirá “yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20b).    Oración.

«Padre, cuando estaba perdido y mi vida no tenía rumbo fijo tú me diste un norte, alumbrando, como un faro radiante en la oscuridad, la luz de Cristo; me salvaste, me llevaste a puerto seguro, a tu casa, ahora mi casa, a tu iglesia, en el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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jueves, 23 de febrero de 2023

Idolatría pura. Parte 1

 

Idolatría pura. Parte 1


“Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que, al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.” Romanos 1:22-25

No necesitamos postrarnos, rendir culto ni veneración a una imagen ni ídolo, porque tenemos un Dios vivo con el cual hablamos cara a cara; gracias a que el Señor Jesucristo rompió el velo que nos separaba del lugar santísimo, ahora, por su sangre, podemos entrar a la presencia de Dios (Hebreos 9:3, Mateo 27:51).

Este ídolo puede ser una representación de algún santo, de la madre de nuestro Señor, del mismo Jesucristo o de Dios; aun así, no debemos colocar nuestra confianza en estas representaciones ni dirigir nuestras oraciones a sus imágenes, como si estas figuras tuvieran atributos que solo el Dios vivo y verdadero tiene: omnipresencia, omnisciencia y omnipotencia.

De la misma manera, no debemos rendirles culto a estas estatuas de madera o yeso, imágenes, escapularios o cualquier objeto, porque solo Dios puede escuchar nuestras oraciones, solo Él está en todo lugar, lo sabe todo, lo puede todo.

Dios designó un solo mediador, un solo intermediario y está escrito, es únicamente Jesucristo (1 Timoteo 2:5). Lo correcto es dirigir nuestras oraciones a Dios por medio de Cristo, en la comunión de su Espíritu (Judas 1:20-21, 2 Corintios 13:14, Juan 14:13-14, Mateo 3:16-17) y orar como nos enseñó nuestro Señor Jesús, en intimidad con nuestro Padre (Mateo 6:6).

Reflexionemos en qué cosas estamos colocando nuestra confianza si solo hay un Dios verdadero y vivo, a quien podemos ir por medio de Cristo.   Oración.

«Padre, me postro ante tu presencia verdadera, real y personal con toda libertad, sabiendo que Cristo me abrió un camino al trono de tu gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Gracias Padre, en el nombre de Jesús, amén.   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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miércoles, 22 de febrero de 2023

Aquel día, en aquella hora

 

Aquel día, en aquella hora


“Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? (…) Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.” Mateo 27:45-46,50

“Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce. Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.” 1 Corintios 15:3-8

En aquel día, en aquella hora, todo cambió.

En aquel día, en aquella hora fui liberado de la esclavitud del pecado y Satanás, pues morí juntamente con Cristo; y si creo verdaderamente que morí con Él, he sido justificado del pecado.

Cuando Él entregó su espíritu, cuando dijo “consumado es”, que significa “pagado es”, se saldó mi deuda y ya no iré a condenación, sino que he heredado la vida eterna, porque así como Cristo murió también resucitó y la muerte no se enseñorea más de Él, “Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.” (Romanos 6:10-11).

Así es hermanos, cada uno está llamado a tomar de manera personal este mensaje de salvación anunciado en el evangelio e identificarse con él, afirmando y creyendo con toda certeza que: así como Cristo murió yo morí y de la misma manera que Él resucitó yo también resucité para nueva vida.

La escritura es profunda pero llena de detalles que no debemos dejar pasar; cuando afirma que “Así también vosotros consideraos (…)”, quiere decir que de la misma manera que sucedió con Cristo sucede con nosotros cuando creemos. Lo que pasó ese día en aquella hora se hace cierto en nosotros por medio de la fe en Cristo.

Entonces, no fue un día cualquiera, ni menos una hora al azar, fue el tiempo determinado por Dios, en su amor, para salvarnos, ofreciendo a su propio Hijo. Y este hecho y esta verdad están aún hoy disponibles para que todo aquel que crea no se pierda más tenga vida eterna (Juan 3:16).  Oración.

«Padre, si en ese día y en esa hora bendita tú entregaste a Jesús, yo quiero hacer realidad este hecho experimentando esta verdad en mi corazón, para que desde ahora en adelante mi vida sea distinta, para servirte, agradarte y anunciar a otros tu salvación, en el nombre de Jesús, amén   Difundiendo el mensaje de Jesucristo.

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