miércoles, 29 de febrero de 2012

Nacido de Dios, no de Adán


Nacido de Dios, no de Adán
La verdad del nacimiento virginal es de suma importancia para nuestro entendimiento tanto de la vida como de la muerte de Jesús. Está
claro que la vida que Jesús vivió fue vivida en un cuerpo real de carne. No puede haber duda en que experimentó tentaciones reales. El fundamento
de su humanidad era igual al fundamento de nuestra humanidad en cuanto a esto se refiere (Hebreos 4:15). Sin embargo, había algo en Jesús
que le diferencia de todos los demás hombres. No estaba sujeto al pecado, y tenía el poder para vencer toda tentación que venía a su puerta. Jesús
no nació de Adán: nació del Espíritu Santo.
Este no es el caso de los hombres cuando nacen en el mundo. Toman su linaje del viejo Adán; toman sus debilidades del viejo Adán; toman su pecado del
viejo Adán. Jesús es el último Adán, el hombre del cielo (1 Corintios 15:45-49). Es como ellos en cuerpo, pero no en espíritu. Los hombres no toman la
semejanza del hombre del cielo hasta que ellos también nazcan de Dios por medio del Espíritu Santo (Romanos 8:3; Juan 1:12-13).

martes, 28 de febrero de 2012

La diferencia entre humano y mortal


La diferencia entre humano y mortal
El ser humano, en cuanto a nosotros, es ser mortal. Pero Dios originalmente no creó el hombre para ser mortal, es decir, sujeto a la muerte. Génesis
3:22 deja claro que Dios expulsó al hombre del jardín de Edén para impedir que comiera del árbol de vida por el cual podría vivir para siempre.
Dios aislaba al hombre de la fuente de su vida eterna por su desobediencia. Desde ese momento en adelante, el hombre pasó a estar sujeto a
la muerte como juicio de Dios y, si tomas el registro bíblico en serio, sus años empezaron a ser más cortos cuanto más lejos iban de sus principios
con Dios, hasta que fueron puestos a 120 años en términos del viejo pacto (Génesis 6:3). Sin embargo, la mayoría de nosotros solamente
llegaremos a los 70-80 años (Salmo 90:10).
Jesús mismo no estaba sujeto a la muerte del hombre hasta que llevara el pecado en Sí mismo, porque la muerte es el resultado del pecado (Romanos
5:12). Jesús no era pecaminoso, por tanto no vivió su vida bajo la amenaza de la muerte como resultado necesario del pecado. Jesús fue el
único hombre que jamás haya vivido que tenía la autoridad de vida en El (Juan 10:17-18). Esta es la tremenda realidad del Calvario. El único que no
tenía necesidad de morir, ya sea espiritualmente o físicamente, fue el mismo que llevó la muerte en sí mismo para romper el poder de la misma
(Hebreos 2:14-15). En la cruz fue el Inmortal quien fue matado. Jesús fue humano pero inmortal. La lucha de Jesús en el jardín de Getsemaní fue
debida a la horrenda realidad que reconoció que estaba delante de El. Sabía que iba a tomar el pecado humano en Sí mismo e iba a conocer la
muerte como resultado, pero se sometió completamente a la voluntad del Padre. Ningún hombre con fuerza humana normal hubiera podido enfrentarse
jamás a lo que Jesús se enfrentó (Lucas 22:41-44).
Aquí es donde está el poder del Calvario en nosotros: no cuando intentamos comprenderlo todo, porque no lo haremos nunca; sino cuando
nos humillamos ante El, aceptamos su misterio y poder y cuando recibimos en nosotros mismos su efecto salvador.
El Hijo de Dios el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
(Gálatas 2:20)

lunes, 27 de febrero de 2012

La diferencia entre el pecado y lo pecaminoso


La diferencia entre el pecado y lo pecaminoso
Jesús realmente fue hecho pecado con nuestro pecado. Jesús no se convirtió en pecador; es decir, no era pecaminoso. No fue castigado
por ningún pecado propio, sino que llevó en sí mismo el castigo por nuestros pecados. Jesús se ofreció como sacrificio perfecto sin mancha
(Hebreos 9:14). P.T. Forsyth dijo sobre Jesús: "Dios le hizo pecado, le trató como si fuera pecado pero no le vio como pecaminoso. Dios amorosamente
le trató como a pecado humano, y con su consentimiento juzgó el pecado humano en El y sobre El. Cristo nunca pudo confesar culpabilidad
personal". Este es el corazón del Calvario. Dios no hizo frente a la cuestión del pecado meramente observando la muerte física de su
Hijo. No, Jesús entró en esa muerte. El pecado del hombre y la desobediencia a Dios tiene muchos resultados; por ejemplo, la muerte física del
hombre; juicio y abandono divino; muerte hacia Dios; opresión y esclavitud de Satanás; y enfermedad. Para que el hombre fuera liberado del hecho
y efecto de su pecado, el Hijo necesitaba llevar todo ese pecado en sí mismo. El Hijo de Dios se convirtió en todo nuestro pecado. Necesitamos venir
en temor reverencial al Calvario.

domingo, 26 de febrero de 2012

Comprender la cruz: (Segunda Parte)


Comprender la cruz: (Segunda Parte)
El misterio de la cruz
a) Escrituras clave
Juan 12:23-33 Hebreos 12:1-3
Gálatas 3:13 Corintios 1:23-25
Marcos 8:34-38
b) Introducción
La expiación es Dios satisfaciendo las exigencias de su propia naturaleza santa, a la vez que manifestando la intensidad de su amor hacia la
humanidad. Dios hizo que Jesús llevara el castigo de nuestros pecados y que llevara nuestra culpa en Sí mismo como nuestro sustituto (1 Pedro
2:24). Jesús hizo algo más que lo que hizo jamás el concepto antiguo testamentario de ofrenda por el pecado. El se convirtió en nuestro sustituto,
no sólo por el hecho de llevar el pecado sobre sí mismo, sino por llevar nuestro pecado en sí mismo (2 Corintios 5:21). La victoria sobre el
pecado, la muerte y el poder de Satanás fue no solamente obrada por El, fue lograda en El.

viernes, 24 de febrero de 2012

Resumen y aplicación


Resumen y aplicación
1. La cruz de Cristo está en el corazón del discipulado cristiano.
2. Nuestra salvación le costó a Jesús todo.
3. Para que la cruz del Calvario sea efectiva necesitamos recibir el poder de ella en nuestra vida.
4. ¡Para ser verdaderos discípulos de Jesús necesitamos tomar nuestra propia cruz y seguirle!
5. El hombre ha causado su propia ruina, pero Dios todavía estaba dispuesto a mandar su propio Hijo Jesús a sufrir y morir por nosotros y
darnos otra oportunidad.

jueves, 23 de febrero de 2012

Unidos con El


Unidos con El
El poder de la cruz está en el hecho de que Jesús llevó todos estos elementos en sí mismos en la cruz y rompió su poder. Venció todo factor negativo
que jamás haya amenazado al hombre, y rompió el poder de Satanás que dirige todas estas fuerzas para llevar al hombre a la destrucción.
No es suficiente maravillarse de la obra de Jesús en la cruz; para que esa obra sea efectiva en nosotros, necesitamos recibirla en nuestra propia vida.
Fue en el poder del Espíritu Santo que Jesús se ofreció por nosotros (Hebreos 9:14). Es mientras permitimos que el Espíritu Santo haga la misma
obra de vencer el pecado, aflicción y el poder de la muerte en nosotros, que entraremos en la verdadera victoria del Calvario.

martes, 21 de febrero de 2012

Los seis ayes del hombre


Los seis ayes del hombre
En el tercer capítulo de Génesis nos es dado profundamente los efectos del pecado. Después de la caída por su desobediencia a Dios somos introducidos
a los tristes efectos de esa desobediencia. Aunque el vivido como un agente libre en comunión con Dios y se le había dado la autoridad para regir
sobre en la tierra, ahora estaba en esclavitud. Satanás tenía dominio sobre él y desde aquel momento en a humana ha sido sometida a todo mal y
aflicción como resultado del pecado. Aquí el hombre vino a seis terribles ayes que desde aquel momento en adelante han sido la fuente de todo
dolor y aflicción alma y espíritu que la raza humana jamás haya experimentado.
(1) Culpabilidad y condenación
Tanto el hombre como la mujer, cuando fueron desafiados por Dios, intentaron evitar esta cu pasaron del uno al otro. Al final, ¡sólo la vieja serpiente
tenía la voluntad de aceptar la culpa! el fracaso de la humanidad desde entonces. Ha sido el factor que ha dividido al hombre del hombre de
Dios. Hasta que no aceptemos nuestra culpabilidad, no puede haber reconciliación. culpabilidad ante Dios es de tal naturaleza que nunca la podríamos
expiar nosotros mismos. ser nuestro portador de culpabilidad. Llevó nuestros pecados en su cuerpo en el árbol (la cruz).
(II) Opresión del diablo
Antes que el hombre cayera no estaba sometido al dominio de Satanás. Ahora que el hombre de Dios, está a la merced de Satanás. Sin embargo, la
cruz ha acabado con el poder indiscutido (Colosenses 2:13-15).
(III) Dolor y sufrimiento
En ningún sitio de la Biblia leemos que la enfermedad y el sufrimiento sean la voluntad de humanidad. Son la consecuencia del pecado y encuentran
su fuente en la obra de Satanás como resultado de la desobediencia del hombre. Esto no quiere decir que Dios no pueda usar el dolor y sufrí su
propio propósito de gracia en nuestra vida: claro que puede. Pero sabemos que esto no es Dios para sus hijos, y en el perfecto Reino de Dios,
todos estos elementos ajenos serán descartados "por cuya herida fuisteis sanados" (1 Pedro 2:24). III Dolor y sufrimiento
En ningún sitio de la Biblia leemos que la enfermedad y el sufrimiento sean la voluntad de humanidad. Son la consecuencia del pecado y encuentran
su fuente en la obra de Satanás como resultado de la desobediencia del hombre. Esto no quiere decir que Dios no pueda usar el dolor y sufrimiento
para su propio propósito de gracia en nuestra vida: claro que puede. Pero sabemos que esto no es Dios para sus hijos, y en el perfecto
Reino de Dios, todos estos elementos ajenos serán descartados “por cuya herida fuisteis sanados" (1 Pedro 2:24).
(IV) Ansiedad y preocupación
El hombre fue sentenciado a una vida de trabajo duro (Génesis 3: 17-19). Aunque había vivido en un jardín de la munificencia de Dios, rodeado
por todo lo que necesitaba para la vida y salud, ahora estaba condenado a dificultad y esfuerzo. Fueron espinas lo que usaron para hacer una
corona para Jesús, y la llevó por nosotros. Llevó en sí mismo toda la agonía de espíritu y ansiedad de corazón que pertenece al hombre,
mientras intenta encontrar su propio camino en el mundo sin Dios. ¡Qué contraste: el camino de Jesús y la maldición de espinas! Como la llevó
por nosotros, somos libres en el poder de la fe, para caminar el camino del Reino (Mateo 6: 33-34).
(V) Muerte
El hombre fue aislado de la fuente de su vida por el pecado. La muerte es el resultado de nuestro pecado y es la suerte común de todo hombre
(Romanos 5:12). Sin embargo, la Biblia nos dice-que la muerte física no es el fin, porque el hombre está destinado a morir una vez y después de
esto enfrentarse con el juicio de Dios (Hebreos 9:27-28). Pero por medio de la muerte de Jesús el juicio de muerte ha sido quitado. El ha llevado
el juicio por nosotros (Hebreos 2:14-15).
(VI) Rechazo y separación de Dios
El hombre fue echado del jardín y ha sido un náufrago espiritual desde entonces. El hombre en el fondo es un ser rechazado: su pecado ha
causado una separación entre él y Dios. El grito más profundo de la cruz fue un grito de abandono: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
desamparado?" ¡Jesús vino a ser un abandonado por ti y por mí! No había nada más que pudiera suceder, porque al llevar nuestro pecado en
sí mismo, se puso fuera de los límites de la presencia del Padre.

lunes, 20 de febrero de 2012

El poder de la cruz


El poder de la cruz
Jesús no experimentó una crucifixión normal y rutinaria. También fue sometido a la humillación pública de un juicio burlesco ante Poncio Pilatos
durante el cual abusaron de él. Fue golpeado y desfigurado, le arrancaron la barba y pusieron una corona de espinas en su cabeza como gesto de
mofa a su declaración de ser un rey. En el jardín se había enfrentado con la horrorosa verdad de que esta copa era Su copa y no podría ser bebida
La presión dentro de sí mismo eran tan intensa que sangró por la frente. Cuando los soldados fueron a vieron que ya estaba muerto, por tanto, no le rompieron las
piernas. En vez de eso, le traspasaron el costado y agua. Esto significa que Jesús había muerto literalmente de un corazón roto. Su corazón se había reventado
había coagulado: la sangre y plasma se habían separado y cuando fue traspasado, fluyeron de su costado.
No podemos empezar a hablar de sus padecimientos espirituales. Estas cosas están escondidas de n no hay ninguna manera en que pudiéramos
comprender jamás lo que significaba para el Hijo desamparado por su Padre. El grito que salió de sus labios resonaba con las palabras del Salmo
22' Dios mío, ¿por qué me has desamparado? contiene profundidades de sufrimiento que jamás podremos Pero debemos ver que ninguna de estas
cosas fue casual. Los hombres le llevaron ¡pero no estaban los procedimientos aquel día! Esta es la imponente verdad del Calvario. ¡Dios el Padre
estaba en con entregaba a su Hijo por el alma del hombre! Nosotros huimos del hecho porque sólo sirve para recalcar claridad la extensión de nuestra
culpa (Hechos 2:23). Dios, de algún modo misterioso, puso nuestra c y por medio de sus padecimientos fuimos liberados (Isaías 53:4-5). El
poder de la cruz para nosotros hecho de que cada detalle de la experiencia de Jesús tiene significación dinámica para nosotros en nuestra necesidad.
Desde la caída del hombre, Satanás ha mantenido a hombres y mujeres bajo su estado atados en cadenas de pecado y enfermedad, depresión
y desesperación, que han sido experiencia humana. El hombre ha venido a estar sujeto a toda clase de sufrimiento y aflicción como su desobediencia
a Dios. En la cruz toda atadura espiritual y emocional, toda aflicción que Satanás humanidad por la desobediencia del hombre, ha
sido invertida en el poder del Calvario.