Somos cartas de Cristo
“siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.” 2 Corintios 3:3
La Palabra de hoy tiene un mensaje muy conmovedor, hermoso y motivador, pues dice que nosotros los hijos de Dios somos carta de Cristo escrita con el Santo Espíritu de Dios, y es que su Palabra en 2 Corintios 5:17 nos revela “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
De manera que, no importa que tan oscuro haya sido nuestro pasado, cuantas cicatrices, secuelas o marcas tenga nuestro cuerpo a causa del pecado de ayer, de la esclavitud en la que nos encontrábamos antes de conocer a Cristo, porque una vez que depositamos nuestra fe en Jesús y lo recibimos en nuestro corazón como nuestro Señor y Salvador, Dios derramó su Santo Espíritu en nosotros, quien a partir de ese momento comenzó a escribir una nueva historia de nuestra vida, donde por su puesto el protagonista ya no es cada uno de nosotros, sino el Señor Jesús nuestro redentor.
Efesios 2:10 dice “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Hermanos, que esta Palabra que nos recuerda el grandioso amor y la infinita misericordia de Dios en Cristo para con nosotros cuando aún éramos sus enemigos y estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, nos reafirme nuestra identidad y propósito, recordando que ya no somos esclavos del pecado, sino hijos de Dios, y que ya no vivimos por nosotros mismos ni para nuestra propia reputación o representación, sino que nuestra vida está en Cristo y es Él por su Espíritu, quien ahora dirige nuestra vida, escribiendo en nuestro corazón cada línea de esa carta que quiere hacer de cada uno de nosotros, para lectura y bendición de nuestro prójimo y por supuesto, para gloria de Dios. Oración.
«Padre, gracias por eso nuevo, precioso y valioso que has hecho de mí por tu Santo Espíritu y la obra de Jesucristo, mi Señor y Salvador; gracias por recordar y afirmar mi propósito en esta tierra por la revelación de tu Palabra, ahora sé que mi vida es una carta de Cristo y que el contenido en ella escrito por tu Santo Espíritu en mi corazón, es para tu gloria cuando sea visto y leído por cada persona, amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario