Entendidos
“Mirad,
pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando
bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino
entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.” Efesios 5:15-17
Una tarea
diaria que debemos proponernos, es tener entendimiento de la voluntad de Dios,
que tengamos conocimiento pleno de lo que el Señor quiere de nosotros, como lo
dice su Palabra: “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no
cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de
su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual” (Colosenses 1:9), en
el contexto del pasaje anterior Pablo guiado por el Espíritu da gracias por los
fieles de Colosas, pues ha escuchado que la fe de ellos crece y da fruto desde
el día que conocieron la gracia de Dios verdaderamente (Colosenses 1:6), y ora
para que sean llenos del conocimiento de la voluntad de Dios, esto es, para que
les sea revelada la voluntad de Dios en toda sabiduría e inteligencia
espiritual.
Por eso
debemos insistir en oración para que a diario cada paso que demos sea por el
camino que el Señor quiere llevarnos y esto nos permitirá cumplir su propósito
en nosotros. Podemos orar entonces como nos dice el Salmo: “Te haré entender, y
te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos” (Salmos
32:8), para que así, tengamos toda confianza de que si disponemos todas
nuestras labores, decisiones o anhelos en Cristo, Él nos guiará y dará luz para
que cada paso sea con la seguridad que nos da su Palabra y la revelación que
viene de su Espíritu.
Estamos
tentados a actuar de manera independiente, a mirar lo que nos conviene o no, a
la luz de nuestros razonamientos, pero en su Palabra está su voluntad y el
Espíritu nos ayuda a entenderla y colocarla en el contexto correcto,
aplicándola con sabiduría en cada situación de nuestra vida. De esto se trata
la diligencia espiritual, no de mantenerse lleno de ocupaciones, sino de
priorizar lo espiritual sobre lo carnal, lo eterno sobre lo perecedero o
temporal. Si así hacemos, aprovechando el tiempo para conocerlo y glorificarlo,
la suma de cada paso, cada día, dirigido por su Espíritu, marcará el trayecto
del camino hacia su voluntad, como enseña su Palabra: “Enséñame a hacer tu
voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud”
(Salmos 143:10). Oración.
«Padre Dios,
te alabo y te bendigo por tu amor y tus promesas, gracias porque por la gracia
de mi Señor Jesucristo las puedo tomar para mí, y gracias por tu Santo Espíritu
que me permite entenderlas y las hace realidad en mi vida; gracias también por
aumentar mi fe, en el nombre de Cristo Jesús, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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