Venid,
comprad sin dinero y sin precio
“A todos los
sedientos: venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y
comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis
el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme
atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.
Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma; y haré con
vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.” Isaías 55:1-3
Todos
estamos sedientos sin Cristo, el mundo no puede llenar ni satisfacer la sed que
tenemos debido al pecado, pero si tan solo supiéramos y aceptáramos el regalo
que Dios tiene para nosotros por medio de Cristo, le pediríamos ese regalo, y
Él nos daría agua viva (Juan 4:10).
Lo mejor de
todo es que es gratis, como enseña su Palabra: “siendo justificados
gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús”
(Romanos 3:24).
No creas
entonces, cuando los religiosos colocan condiciones y cargas para tener una
relación personal con Dios, que ni ellos mismos pueden cumplir ni llevar (Lucas
11:46); recuerda que su Palabra nos dice “Inclinad vuestro oído, y venid a mí;
oíd, y vivirá vuestra alma;” (Isaias 55:3a). Se trata del anuncio de las buenas
nuevas, de la única noticia buena que resuena hoy en día y que debemos prestar
total atención, ya que la fe viene como resultado del oír el mensaje, y el
mensaje que se escucha es el de salvación por medio de la fe en Cristo (Romanos
10:17), del perdón de pecados y del amor de Dios que recibimos gratuitamente
por medio de Jesús.
Y cuando nos
dice “y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a
David.”(Isaias 55:3b), se trata del pacto eterno de la sangre de Cristo,
derramada por nuestros pecados, un pacto incondicional, que todo aquel que cree
en Cristo puede acceder y ser sellado con la promesa del Espíritu Santo. (2
Corintios 1:21-22).
Así que,
vayamos a Cristo a comprar sin dinero y sin precio, a disfrutar del regalo de
Dios; si corremos para aprovechar una promoción de productos materiales que se
desgastan y que por mucho que acumulemos a la larga no nos satisfacen
completamente, cómo no vamos a ir a tomar de aquello que nos llena
verdaderamente y nos da vida eterna. Es gratis, gracias al sacrificio de Cristo
en la cruz. ¡Vamos y hagamos tesoros en el cielo! (Mateo 6:19-21). Oración.
«Señor, te
doy gracias por tu misericordia, que derramaste abundantemente por medio de
Cristo, nos diste un camino nuevo y eterno, por medio del pacto hecho con la
preciosa sangre de tu hijo amado; te ruego que sean abiertos mis ojos
espirituales para tomar y gozar de este beneficio de amor verdadero. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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