Lo que hace
la Palabra de Dios en nosotros - Parte 2
“Él, de su
voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de
sus criaturas.” Santiago 1:18
Cuando creemos y recibimos al Señor
Jesucristo, como salvador (Juan 1:12), volvemos a nacer, pero no de sangre, ni
de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios (Juan
1:13). Este nuevo nacimiento ocurre cuando escuchamos y aceptamos el mensaje
poderoso de la Palabra de Dios, ya que el evangelio es poder de Dios para
salvación de todo aquel que cree (Romanos 1: 16a). La misma Palabra poderosa
con la que creó Dios el universo, ahora crea en nosotros un nuevo ser, con un
nuevo corazón que le obedece y le adora.
Ahora, el
Señor nos pide, que nos vistamos de esta nueva criatura, la cual, en la
semejanza de Dios, ha sido creada en la justicia y santidad de la verdad
(Efesios 4:24), para que andemos en santidad y justicia, hablando y practicando
la verdad con nuestro prójimo. No es hacer para ser, sino ser para hacer,
porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las
cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas. (Efesios 2:10).
Como podemos
ver, todo surge con la Palabra de Dios; no solo un nuevo nacimiento espiritual
con herencia de eternidad, sino también un plan maravilloso para vivir una vida
haciendo lo que agrada a Dios, una vida abundante en buenas obras, preparadas
de antemano por Dios para nosotros, con el fin de hacer su voluntad y ser
usados en sus propósitos. Lo que hace la Palabra de Dios, luego de hacernos
renacer es también instruirnos para cumplir ese propósito y andar conforme a
una esperanza cierta, así que, no dudes hoy en tomar la instrucción diaria que
ofrece la escritura para ir paso a paso cumpliendo las buenas obras que Dios
tiene para nosotros. Oración.
«Gracias
Jesús, porque al morir en la cruz por mis pecados, me diste vida y me diste un
propósito; no soy un accidente, sino que, en ti, tengo la confianza de ser un
nuevo hombre creado para ejecutar las buenas obras que el Padre preparó de
antemano para su gloria. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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