BENDITO EL
QUE CONFÍA EN DIOS
“En seguida
hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a Betsaida, en la
otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. Y después que los hubo
despedido, se fue al monte a orar”, Marcos 6:45-46
“Así ha
dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su
brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el desierto, y
no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto,
en tierra despoblada y deshabitada. Bendito el varón que confía en Jehová, y
cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas,
que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor,
sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará
de dar fruto”, Jeremías 17:5-8
Durante los
tres últimos años de Jesús en la tierra, el ritmo de su vida fue en aumento,
predicaba, enseñaba y sanaba y estaba rodeado de mucha gente buscando su ayuda.
Había tanto trabajo que se mantenía ocupado todo el día, sin embargo esto nunca
le impidió hacer lo más importante, orar.
Necesitaba
ese encuentro con su Padre celestial para descansar y renovar sus fuerzas. Para
recargarse espiritualmente. A veces las oportunidades, el trabajo, el estudio y
cualquier logro que deseamos alcanzar nos hacen vivir vidas agitadas,
estresadas y no tenemos tiempo para Dios. El Señor quiere que evitemos el
colapso y apartemos tiempo para estar en su presencia, descansar, orar y escuchar
su guía.
Que nunca
nos pase lo del Pueblo de Israel que buscaron el valor y la fortaleza en
alianzas con Egipto y no confiaron en la ayuda de Dios quién siempre había
cuidado de ellos. No aprendieron a descansar en su amor y su poder. Isaías
30:15 “Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en
reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza. Y no
quisisteis”. Fueron necios en buscar el socorro en otros, en lugar de acudir a
Dios.
Los seres
humanos siempre tendemos a apoyarnos en nuestro propio entendimiento,
acarreando sobre nuestra vida problemas por no depositar nuestra fe en el Dios
Verdadero. La Biblia dice Maldito el hombre que confía en el hombre, y deja de
depender humildemente del que le hizo y le conoce, desconfiando de su bondad y
de su voluntad, será como un pasto en el desierto, inútil y sin valor.
Los que
confían en su propia justicia y poder piensan que pueden arreglárselas sin
Cristo. En cambio, los que confían son benditos, florecerán como árboles verdes
que nunca marchitan y siempre darán fruto en santidad y buenas obras.
Apartemos
tiempo para descansar y orar. Oración.
"Amado
Padre Celestial, en medio de los agites de la vida, del trabajo y la fatiga,
ayúdame a acudir a tu presencia para hacer un alto, aflojar mi paso, descansar
y alimentar mi espíritu, necesito entregarte mis cargas y renovar mis fuerzas
siguiendo el ejemplo de Cristo. Amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.
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