LEVANTAR A LOS DÉBILES, AYUDAR AL CAÍDO
“También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos,
que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis
pacientes para con todos. Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes
seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos.”, 1
Tesalonicenses 5:14-15
Esforzarnos por hacer el bien a los demás se trata de que a
pesar de que no estemos de acuerdo con las actitudes de las personas les
ayudemos.
Si hay alguien perezoso debemos corregirlo, no condenarlo;
enseñarle y mostrarle las consecuencias de su comportamiento. Si hay alguien
desanimado, estamos llamados a darle aliento y esperanza por medio de la
Palabra de Cristo, no ha prometer cosas que no podemos cumplir, mejor es no
prometer que prometer y no cumplir (Eclesiastés 5:5), pero sí podemos enseñarle
las promesas de Dios para su situación específica ya que estas son ciertas y se
cumplirán si confía en Dios.
Así mismo debemos ser pacientes con todos, pero precisamente
los que van a probar nuestra paciencia son aquellos con los que tenemos mayores
diferencias.
Estos principios que practicamos hacia otros van marcando
diferencia con el mundo, donde la venganza guía las relaciones de una u otra
forma, o donde a nadie le importa ayudar a otros en verdad. Pero para un hijo
de Dios, pagar bien incluso a aquel que le ofendió o le pagó mal, es mostrar el
amor de Cristo para ganar el alma de la persona y al final tener un hermano
más.
Ayudemos a quien está débil, oremos por quien nos persigue o
se opone, brindemos nuestra amistad, apoyo y colaboración a los que no tienen
esperanza, estaremos impactando la vida de las personas de gran manera, con el
tiempo vamos a recoger el fruto de personas que vieron en nosotros el mismo
amor, la misma paciencia y la misma humildad de Cristo.
Estamos llamados a predicar la verdad con nuestras acciones
de enseñar, amar y servir, animando a otros, levantando al caído, llenando de
amor al que no tiene amor, así estamos pagando con la moneda de más alto valor,
que Cristo nos dio en la cruz, la moneda del amor. Oración.
"Señor, que en mi andar pueda sostener y apoyar a quien
está desanimado, alentar al abatido, ser paciente con todos; con el amor que me
diste al salvarme y perdonarme, así mismo ofrecerlo a los demás. Padre eterno quiero,
ser guiado por tu Espíritu Santo que mora en mí
te lo pido en el nombre de
Jesucristo tu Hijo Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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