JUNTOS. PARTE 1
Oración.
"Padre, en el nombre de Jesús, que tu Santo Espíritu
guíe mi vida para vivir conforme a tus preceptos y enseñanzas, y que en armonía
con mis hermanos pueda obedecerte y llevar el mensaje de amor al mundo entero.
Amén."
“Y de una sangre ha
hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la
tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su
habitación;” Hechos 17:26
“Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay
varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.” Gálatas 3:28
Es un hecho que la humanidad está dividida, y es la
estrategia del mal causar divisiones. Es lógico que tengamos diferentes formas
de pensar o perspectivas distintas de la vida, pero cómo hacemos las cosas o
alcanzamos nuestras metas y propósitos, no debería traer conflictos entre
nosotros.
Sin embargo, vemos un mundo profundamente dividido, familias
divididas, gobiernos con alta polarización, relaciones con conflictos y
posiciones irreconciliables, y se seguirá profundizando la crisis porque cada
uno va por su propio lado, trabajando y luchando de acuerdo a su conveniencia
personal.
Pero necesitamos estar juntos, ayudarnos unos a otros,
ponernos de acuerdo para sanar heridas, para reconciliarnos; y para esto vino
Cristo al mundo, para sanar las heridas, para reconciliarnos con Dios, que es
la esencia para curar nuestros conflicto internos y externos. Pero si no
tenemos al Espíritu en nuestro corazón, somos arrastrados por nuestros sentidos
superficiales, que siempre nos llevarán a dividir en vez de sumar (Judas
19-21).
No sólo por ir y sentarme en una congregación soy de Cristo,
o soy parte de la verdadera iglesia, como muchos consideran o discuten, sino
que soy de Cristo si obedezco a Dios. El resultado o fruto de mi fe es mi
obediencia, no una obediencia fingida ni externa, no una obediencia por
obligación, sino por amor.
En este punto se acaba la división, cuando permito que mi
vida sea guiada por el Espíritu Santo, porque como dice la escritura “Porque
todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”
(Romanos 8:14). Por lo tanto, reflexionemos y recordemos cómo vivían los
primeros que recibieron a Cristo en su corazón; vivían como una gran familia,
compartían todo entre sí, oraban juntos, perseveraban en una misma doctrina, la
que fue revelada a los apóstoles, compartían el pan, como símbolo de su unión y
fe en Cristo, permanecieron juntos e impactaron al mundo entero. Por lo cual
hermanos, estamos llamados a recuperar y seguir este mismo ejemplo. Oración.
"Padre, en el nombre de Jesús, que tu Santo Espíritu
guíe mi vida para vivir conforme a tus preceptos y enseñanzas, y que en armonía
con mis hermanos pueda obedecerte y llevar el mensaje de amor al mundo entero.
Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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