EL SECRETO DE LA FELICIDAD
“Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único
Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.”, Juan 17:3
Es un hecho que todos buscamos la felicidad, de una manera u
otra todos buscamos estar y sentirnos bien. Sin embargo, desde la perspectiva
divina, la felicidad no consiste en las posesiones materiales, porque como dice
la escritura “… ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere
su alma?” (Marcos 8:36).
El Señor Jesús enseña que la vida del hombre no consiste en
la abundancia de los bienes que posee, y habla en parábola de un hombre que había
producido mucha riqueza, y que se decía a sí mismo: ¡Relájate! ¡Come y bebe y
diviértete! Pero era necio porque podría morir en cualquier momento, y ¿quién
se quedaría con todo lo que había acumulado? (Lucas 12:15-21)
El maligno tentó a Jesús y le mostró todos los reinos del
mundo y la gloria de ellos, pero Jesús sabía que era una gloria efímera, y que
la verdadera gloria y riqueza era adorar sólo al Dios verdadero, por eso le
dice “escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mateo
4:8-10). De seguro el mundo y el maligno nos siguen ofreciendo un placer
efímero, un impostor de la felicidad a través del sexo, la riqueza o glorias
temporales y nos enseña la mentira que obedecer a Dios es imposible, aburrido y
trae tristeza.
Pero esto no es cierto, ya que el secreto de la felicidad se
encuentra en la obediencia a Dios. Pero ¿cómo podemos ser felices si no somos
obedientes? Y también esto nos lleva a reflexionar ¿cómo podemos ser obedientes
si no sabemos qué obedecer?
La Biblia nos enseña que, al creer en Cristo, al recibirlo
como nuestro Señor y Salvador, tendremos la fuerza y el entendimiento por su
Espíritu de obedecer su Palabra, por tanto, seremos bendecidos en todos
nuestros caminos. (Romanos 10:8-10, Deuteronomio 30:10-16)
Por esto, la felicidad no puede ser completamente
descubierta mientras permanecemos ignorantes de la Palabra de Dios y rechacemos
a Cristo, pues este es su mensaje fundamental: que conozcamos al Padre y a Él,
para tener vida eterna.
Es momento de conocer su voluntad por medio de la escritura,
de andar en sus caminos deleitándonos en su Palabra, para que todo lo que
hagamos sea prosperado, porque toda obediencia trae recompensa. (Éxodo 19:5,
Jeremías 7:23, Deuteronomio 28). Oración.
"Padre, guíame a ser obediente, que aun en medio de las
dificultades, mi felicidad sea conocerte, agradarte y hacer tu voluntad. Amén. Difundiendo
el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario