viernes, 13 de septiembre de 2019

EL DOLOR QUE PRODUCE EL PECADO


EL DOLOR QUE PRODUCE EL PECADO
“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”, Isaías 53:4-5
El pecado no es un juego, produce enfermedad, dolor y muerte. Por esto Cristo cargó con la enfermedad del pecado, que nos llevaba a la muerte eterna.
El pecado también produce dolor, un dolor inmenso que deja vacíos en nuestro interior, que afecta nuestros pensamientos y nuestra conducta.
Todos nosotros de alguna manera hemos sufrido las consecuencias por causa del pecado, ya sea el de nuestros abuelos, padres o nuestros propios pecados; también hemos sufrido cuando alguien peca en contra de nosotros. Así mismo, causamos un dolor profundo cuando pecamos en contra de otra persona, si lo condenamos, si lo maltratamos o si hablamos mal de él; sin duda hemos pecado y causado mucho dolor (Mateo 5:22-23).
Este dolor que produce el pecado también fue llevado por Cristo en la cruz, y como respuesta nuestra a esa gracia y perdón recibido, debemos perdonar y esforzarnos por no causar más dolor a nuestro prójimo, porque lo que nos correspondía padecer por causa de nuestros pecados, Jesús ya lo padeció.
Ahora que hemos sido limpiados, perdonados y justificados por Cristo, vivamos a la justicia, vivamos por Él y para Él, ayudando a limpiar las lágrimas de dolor que produjimos, sanando el corazón que lastimamos, quitando las cadenas que atamos y las cargas que pusimos en otros. Anunciemos la libertad por medio de Cristo, mostrando en nuestras vidas que el dolor fue quitado de nuestro corazón. Si hemos de sufrir algún dolor, que sea por causa del anunciar el evangelio, aunque será con extremo gozo. Oración.
"Señor, gracias por llevar mi dolor en la cruz, por sanarme de las heridas que produjo en mí el pecado. Quiero anunciar tu nombre para sanar corazones dolidos. Amén.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito.

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