miércoles, 7 de noviembre de 2018

La tentación


Bienaventurado el varón que soporta
la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman." (Santiago 1:12)
La tentación es un arma de Satanás, pero también es una herramienta de Dios para fortalecer nuestro carácter, por eso es que Jesús nos dice: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” (Mateo 26:41) Durante nuestra vida estaremos constantemente expuestos a situaciones que de acuerdo a nuestra reacción será el fruto que haya en nuestras vidas. Cuanta gente han conocido que se lamenta de cómo fue que le sucedió tal o cual cosa. Mucha gente se ha enfrentado a situaciones que al tomar el camino equivocado han trastornado y transformado sus vidas; las tentaciones en la lujuria, en el robo, en la venganza, en las drogas, etc. han colocado a muchos jóvenes a vivir vidas en esclavitud que afectan sus generaciones y las siguientes, por eso es que nuestro Señor Jesús nos pide que oremos así: “Cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti, y líbranos del poder del diablo." (Mateo 6:13,BLS) “Por eso, que nadie se sienta seguro de que no va a pecar, pues puede ser el primero en pecar. Ustedes no han pasado por ninguna tentación que otros no hayan tenido. Y pueden confiar en Dios, pues él no va a permitir que sufran más tentaciones de las que pueden soportar. Además, cuando vengan las tentaciones, Dios mismo les mostrará cómo vencerlas, y así podrán resistir. Por eso, Jesús nos dice: “Orad que no entréis en tentación.” (Lucas 22:40) 
“En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.” (Salmo 4:8)
Oh Padre eterno con tranquilidad en mi corazón dormiré, porque Tú sustentas mi alma, porque cuidas mis pasos y me afirmas en Tu Palabra porque Tú has dado a Tu Hijo Jesús por mí. Toda mi alma confía en Ti, Tu luz me guía y Tu Espíritu me alienta; Tu palabra me fortalece, y Tu amor me afirma. Contigo no temeré, porque Tú siempre estás conmigo. Gracias Señor mío por las pruebas, y gracias por la capacidad que me has dado para resistirlas, fortaléceme para nunca caer en ellas. A Ti clamaré de día y de noche. Te buscare cada mañana, y Tus palabras estarán conmigo al levantarme, al andar en el camino, cuando este en mi casa, y al acostarme. Gracias Padre eterno en El nombre de Jesucristo Tu Hijo AMEN.  Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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