El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que somos
hijos de Dios. Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y
coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte
con él en su gloria.
Romanos 8:16-17
Cristo murió y al tercer día resucito y ascendió a los cielos
y unos pocos días más adelante derramo de Su Espíritu a todos los que creyeron
que Él era El Hijo de Dios resucitado y a si va sucediendo a todo aquel que le recibe
en su corazón y confiesa con su boca que Jesucristo Es El Señor el Hijo de
Dios. ¡Y nos dejó toda la herencia familiar! Eso es el mensaje de este pasaje.
Porque tenemos el Espíritu de Dios, somos los hijos de Dios. Si somos los hijos
de Dios, entonces somos los herederos de todo lo que Dios tiene para ofrecer.
Somos coherederos con Cristo, cuya muerte hizo nuestra adopción en la familia
de Dios posible. Así si queremos aguantar unos tiempos difíciles o unas
dificultades dolorosas, no vamos a desesperarnos. ¡Sabemos que el tiempo viene
cuando vamos a heredar todas las bendiciones del cielo! Porque nuestra ciudadanía
está en los cielos.
Oración: Padre, gracias por tu gracia. Que nos ara aguantar
el peso de mis pruebas y tentaciones con carácter y fidelidad. De me el coraje
para poder aguantar los tiempos difíciles porque sé que eventualmente
compartiré el cielo contigo. Gracias por tu Espíritu, que me da la seguridad de
que soy tu hijo/a y que compartiré todas tus bendiciones. En el nombre de Jesús
oro, Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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