Hechos 1:2 y hasta el día en que subió al cielo. Antes de
irse, por medio del Espíritu Santo dio instrucciones a los apóstoles que había
escogido respecto a lo que debían hacer.
El libro de Los Hechos nos enseña una continuación del ministerio de
Jesús usando la vida de los primeros discípulos. La misión de Jesús continuaba
por medio de la iglesia su cuerpo, ¡nosotros somos los seleccionados para
llevar a cabo la obra de Jesús aquí en la tierra! Por medio del Espíritu Santo,
el cumplimiento de la promesa que nos dio el Señor en Juan 14:16–17, “Y yo
rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para
siempre:17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no
le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y
estará en vosotros.”
Nosotros debemos dejar que el Espíritu Santo nos capacite, y
derrame de su unción si vamos a llevar a cabo la misión de la iglesia con
efectividad hoy día. Recordemos que fue el Espíritu Santo que ungió a Jesús
para el ministerio como nos dice Lucas 4:18., “El Espíritu del Señor está sobre
mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado
a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y
vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos.” El Espíritu Santo
estaba activo en todo lo que Jesús hacía y llevaba a cabo en su misión.
Vemos el importante papel que llevaba a cabo el Espíritu
Santo en la vida de Jesús, incluyendo en su concepción (Lucas 1:15, 35, 67),
cuando fue dedicado y presentado en el templo (Lucas 2:25–27) y al realizar
todas las actividades de su ministerio público (Lucas 4:1, 14, 18; 10:21;
11:13). El Espíritu Santo reposaba sobre el ministerio de Jesús, “Dios ungió
con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo
haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios
estaba con él” (Hechos 10:38). Como resultado de esto, ¡había poder, efectividad
y éxito en todo lo que hacían!
Oremos en este dia que nosotros podamos ser los instrumentos
que el Espíritu Santo consagre y utilice para llevar a cabo el ministerio que
Dios nos ha encomendado. Solo por medio de la obra del Espíritu Santo en nosotros
podremos realizar todos los planes que Él tiene para nuestras vidas. Que
logremos alinear nuestras vidas y ministerios a su divina voluntad. Que Isaías
11:2 se cumpla en nosotros, “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová;
espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder,
espíritu de conocimiento y de temor de Jehová” Amen. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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