Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí.
Juan 14:6. La verdad
está en Jesús. Efesios 4:21. Jesucristo es el verdadero Dios, y la vida eterna.
1 Juan 5:20. Yo soy el camino, y la
verdad, y la vida
Esta declaración de Jesús no se presta a ningún equívoco. Es
clara, corta y contundente. Pero también es profunda e ineludible. En efecto,
Jesús no vino a mostrar un posible camino hacia Dios; él mismo es el camino
para ir al Padre. Jesucristo no ofrece una posibilidad de salvación entre otras
igualmente válidas, sino que se presenta como el único Salvador. ¿Es el
Salvador del lector?
Mucha gente busca la verdad, pero como hay tantas religiones
y sectas que dicen poseerla, ¿cómo saber quién tiene razón?
La respuesta es sencilla. La salvación no se halla en una
«iglesia» y menos en una secta, sino en una persona: Jesucristo. Él es el
camino para ir al Padre, porque él mismo vino del Padre. Él es la verdad,
porque revela a Dios en su esencia, que es luz y amor. Él es la vida, porque
dejó la suya para que nosotros podamos recibir su vida nueva de Hombre
resucitado.
Puesto que Jesús es el camino, debemos seguirlo; por ser la
verdad, debemos creerla; y puesto que es la vida, debemos recibirla. Emprender
este camino exige que uno se aparte de «su propio camino» para volverse hacia
Jesús: es la conversión. Entonces, el que cree recibe la vida mediante un nuevo
nacimiento espiritual; y esta vida debe ser alimentada por la Palabra de Dios. Difundiendo el mensaje de Jesucristo. Usa tus redes sociales para ese propósito
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