No disfrutarás el engaño por mucho tiempo
La promesa era para Jacob departe de Dios. Pero inducido por
la Madre que fue la que la recibió cuando aún los dos niños estaban en su vientre.
Cuando Rebeca escucho que Isaac le decía a Esaú su Hijo ve a cazar y acmé un guisado
para que yo te bendiga antes de mi muerte, Rebeca su madre incito a Jacob su
otro Hijo a que se hiciera pasar por su Hermano Esaú debido a que Isaac su
padre por su edad avanzada avía perdido la vista para que las bendiciones
fuesen para Jacob Génesis
27:4.
“Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he
hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que
me bendigas. Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan
pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que la encontrase
delante de mí.
E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío,
por si eres mi hijo Esaú o no. Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le
palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú. Y
no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le
bendijo”. Génesis 27:19-23
Ésta es la parte de la historia en la que Jacob engaña a su
padre para obtener su bendición, era el hijo mayor quién debía de ser
bendecido, sin embargo, Jacob era el menor. Lo que siempre me pareció injusto
fue que, a pesar de su mentira y engaño, al final recibió la bendición de su
padre, que por ende tendría que estar respaldada por nuestro Dios, se podría
decir que le fue bien a pesar de haber engañado.
Me sorprendió enterarme que Dios ya le había prometido a
Jacob ésta bendición en capítulos anteriores: “El mayor servirá al menor”
Génesis 25:3. Es decir, iba a ser bendecido de todas maneras. Jacob no
necesitaba engañar a su padre porque la promesa ya era para él, pero lo
recibiría en el tiempo oportuno. Su impaciencia no solo dividió a su familia,
sino que también tuvo que irse de su tierra por escapar de su hermano.
No se dejen engañar: nadie puede burlarse de la justicia de
Dios. Siempre se cosecha lo que se siembra. Gálatas 6:7
La verdad es que podemos tener todo lo que deseamos, pero al
final recibiremos una amarga cosecha si no obtuvimos las cosas de forma
honesta. Jacob sembró engaño y traición, eso mismo fue lo que recibió. Si
seguimos leyendo la historia, nos enteramos que su suegro Lavan lo engañó y
tuvo que trabajar catorce años gratis para él. Como no era bien recibido en su
tierra tuvo que aislarse y sobrevivir para que su hermano no lo matara. Es
verdad que Dios lo bendijo, pero no pasó por alto lo que sembró.
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