JOSÉ
INTERPRETA EL SUEÑO DEL FARAÓN.
Mientras estuvo
en la cárcel José intentó en un comienzo a través del copero
del rey, hablar a
faraón, pero éste se olvidó de él. No es que quería el copero
hacerle mal a
José, es que no era el tiempo de Dios. El Señor quería a José
dos años más
allí, administrando la cárcel, él necesitaba prepararse dos
años más, Gén. 41:1
(pues luego administraría los tesoros del imperio egipcio).
José no había
pecado, simplemente estaba en las manos del alfarero
divino…
JOSÉ
INTERPRETA EL SUEÑO DEL FARAÓN
“Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo
esto, no hay entendido ni sabio como tú. Tú estarás sobre mi
casa, y por tu
palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono
seré yo mayor que tú… Era
José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de
Faraón rey de
Egipto”, Gén. 41:39-40, 46.
Los tiempos de
Dios, generalmente son diferentes a los tiempos de los
hombres. Lo cierto es
que Dios hace su voluntad siempre; no es cuando queremos, no
es con la ayuda de
los hombres, es en el tiempo de Dios, en el Kairos de Dios .
En su debido tiempo Dios, a través de Faraón, mandaría a
sacar a José de la
cárcel.
Para éste tiempo,
José tenía 30 años. Recordemos aquí, que a los 30 años Jesús
fue bautizado y
comenzó su ministerio terrenal, los levitas desde los 30 años
servían en el
templo, y el rey David comenzó a reinar a los 30 años, era el
tiempo apropiado
para gobernar, según la tradición rabínica, el año treinta
indica: plenitud de fuerza (era la edad para iniciarse como
rabino, profeta, sacerdote), era el tiempo de Dios. El Señor
todo lo hace bien,
él tiene cuidado de su pueblo, aún en el desierto envío el
maná, pan del cielo.
Dios es
Todopoderoso y Soberano para hacer las cosas a Su manera y en
Su tiempo. Dios envió
un sueño a Faraón, y uso al copero en su tiempo para hablarle
al faraón de la
capacidad que José tenía para interpretar sueños. Éste sueño
venía con un
código del cielo que sólo el Espíritu Santo podía revelar, y
José había sido entrenado por Dios en el ejercicio del
talento (“interpretar sueños”), en la administración de recursos
y personas, y en
su carácter, pues le dice a faraón: “no soy yo, es de Dios la
gloria”.
No te desalientes
por la decepción de aquellos en quienes confiabas, por la
cisterna, por las
adversidades en la casa de Potifar, o por convivir con
compañeros como el
copero, Dios sabe el cómo, el cuándo hacer las cosas, sólo
sigue su camino, se
fiel a Dios, y Dios cumplirá aquello que ha dicho, usando a
quienes quizá no
esperamos, y por los medios menos esperados.
Reflexión
final: Dios es fiel, es Todopoderoso, procuremos
seguir sus pisadas, seguir el testimonio de su Espíritu,
caminar en los tiempos
de Dios, avanza a pesar de los obstáculos, y él hará Su obra,
lo que diseñó
para ti lo cumplirá.
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