Esclavitud en Egipto de las doce tribus de Israel.
Con el correr del tiempo, el gran hombre llamado José a quien
Egipto debía tanto, y la generación bendecida por su obra, descendieron al
sepulcro. Y “levantándose entretanto un nuevo rey sobre Egipto, que no conocía
a José.” No era que ignorase los servicios prestados por José a la nación; pero
no quiso reconocerlos, y hasta donde le fue posible, trató de enterrarlos en el
olvido.
“El cual dijo a su pueblo: He aquí, el pueblo de los hijos de
Israel es mayor y más fuerte que nosotros: ahora, pues, seamos sabios para no
se multiplique, y acontezca que, viniendo guerra, él también se junte con
nuestros enemigos, y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra.”
Pero el momento de su liberación se estaba acercando y Moisés
era el hombre que Dios usaría para llevar a cabo esa tarea.
“Por fe Moisés, hecho ya grande, rehusó ser llamado hijo de
la hija de Faraón; escogiendo antes ser afligido con el pueblo de Dios, que
gozar de comodidades temporales de pecado. Teniendo por mayores riquezas el
vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque miraba la
remuneración.” (Hebreos. 11: 24-26.)
Dios escogió a Moisés Para cumplir su propósito. En su
providencia el Señor lo puso en el seno de la familia real de Egipto donde
recibió una educación cabal; no obstante, no estaba preparado todavía para que
Dios le confiara la gran tarea para la cual lo había llamado. No podía dejar
abruptamente la corte del rey ni las comodidades que se le habían otorgado como
nieto del monarca para llevar a cabo la tarea especial que el Señor le había
asignado. Debía tener oportunidad de adquirir experiencia en la escuela de la
adversidad y de la pobreza, y ser educado en ella.
Mientras vivía en el exilio el Señor envió a sus ángeles para
que lo instruyeran especialmente con respecto al futuro. Allí aprendió más
plenamente las grandes lecciones del dominio propio y la humildad. Pastoreó las
manadas de Jetro, y mientras llevaba a cabo sus humildes deberes como pastor,
el Señor lo estaba preparando para que se convirtiera en el pastor espiritual
de sus ovejas, es a saber, el pueblo de Israel. Del cual vendría El `PRINCIPE
de Pastores JESUCRISTO.
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