Hechos 9:20-22
En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que
éste era el Hijo de Dios. Y todos los que le oían estaban atónitos, y decían:
¿No es éste el que asolaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y a
eso vino acá, para llevarlos presos ante los principales sacerdotes? Pero Saulo
mucho más se esforzaba, y confundía a los judíos que moraban en Damasco
demostrando que Jesús era el Cristo.
Tiene ya varios años que decidí tener congruencia en mi vida.
Pensé y entendí que no estaba bien decir que creía en un Dios pero por otro
lado yo decidía cuándo, cómo y hasta dónde acudir a Él. Honestamente, uno de
los principales miedos que tuve fue el pensar la reacción que la gente tendría.
Había que hacer ajustes a mi vida y no podría seguir igual por lo que seguro
vendrían comentarios al respecto. No sabía si sería lo suficientemente fuerte
para seguir adelante o caería atrapado de vuelta en lo que estaba. No me
escondí pero tampoco hice nada extraño. Oré. Una y otra vez. Pedí a Dios que
pusiera en mí el carácter y fuerza para decir: no, ahora hago las cosas de
manera distinta. Cuando leo que la gente murmuraba de Saulo y se cuestionaban
lo que estaba haciendo, me impresiona ver la reacción de él que dice que se
esforzaba aún más. No se viene abajo ni frena su entusiasmo sino lo contrario.
¿Tú y yo tendremos momentos así? ¡Por supuesto! De hecho, espero que una vez
que leas esto, pidas a Dios por fuerzas para comprometerte con Él sin importar
lo que la gente diga o pudiera decir. ¿Sabes qué pasó en mi caso? Dios en su
gran sabiduría, no puso el no en mí sino puso agrado en el corazón de los
demás. ¿No se te hace increíble? Es una respuesta real de que Dios existe y
trabaja con los que quieren seguirlo. Te animo a que pongas a prueba al Señor.
Ora a Él. Entrega tus temores y barreras para comprometerte y entregarte.
Después platícame el resultado.
Mucha gente piensa que la religión es una forma de manipular
a la sociedad. Lo es. Y de hecho es muy efectiva. Pero lo que hoy estamos
aprendiendo y estudiando no es una religión sino una relación personal y viva
con el Dios de la biblia. Nadie nos ha lavado el cerebro ni manipulado para
entender que Cristo es el Mesías y que tenemos redención y reconciliación a
través de su nombre. Saulo vivió cada día anunciando esta noticia. Seguro que
la gente pensaba que algo le había sucedido puesto que se dedicaba a perseguir
y aprehender a los que ahora apoyaba. Pero piensa esto por un momento: ¿cómo
confundir y convencer a un Saulo de que está en el camino incorrecto? No se utilizaron
métodos de persuasión ni manipulación. Simplemente el Señor se mostró ante él
“tumbándolo” y demostrándole quién es quién. Si eres de los que piensa que
aquellos que seguimos a Cristo somos borregos te puedo decir que en algún
momento Dios se presentará ante ti de una manera que no podrás evitarlo y sin
la ayuda de nadie más entenderás que Él es Dios y que no manipula ni convence
sino que busca reconciliación a través de nuestro arrepentimiento.
Saulo transformó su vida e hizo todos los ajustes necesarios
para seguir a Cristo sin importar lo que la gente pensara o dijera. Él después
de su encuentro con Jesús y de reconocer su error, decide cambiar y anunciar a
los demás para que no cayeran en el mismo error que él. Hagamos lo mismo y
compartamos lo increíble que es seguir al Mesías y las cosas que ha hecho en
nosotros.
Oración
Dios Padre: quiero pedirte perdón y reconciliarme contigo.
Quiero tener una relación contigo y conocerte cada día más. Entiendo que eres
un Dios vivo y que tienes planes para mí. Te pido que transformes mi vida y que
pongas en mí la fe y fortaleza para dejarte trabajar en mí sin importar lo que
la gente pudiera decir. Trae congruencia a mi vida y que mis palabras y actos
siempre vayan en la misma dirección: la Tuya. En Cristo Jesús te lo pido
Amén
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