REACCIONES PRIMARIAS Y DESMEDIDAS
“La blanda respuesta
quita la ira; más la palabra áspera hace subir el furor.”, Proverbios 15:1
“Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para
oír, tardo para hablar, tardo para airarse”, Santiago 1:19
Nos acostumbramos a responder de cierta manera ante una
situación, cuando algo prueba nuestros límites. Nuestras reacciones en muchos
casos son predeterminadas. Por ejemplo, cuando nos ofenden y sin pensar, sin
que aún no haya terminado de hablar el ofensor, contestamos de manera impulsiva
en una actitud de ofensa por ofensa, “ojo por ojo diente por diente”.
Y eso no debe ser así, pues nuestra defensa no es el
insulto, sino la sabiduría. Es mejor callar si es preciso, o contestar de
manera amable y serena, motivados por el amor a esa persona por la quien
también murió nuestro Señor Jesucristo.
La Palabra de Dios nos enseña que debemos escuchar antes de
responder. Si no lo hacemos estaremos cayendo en necedad y vergüenza
(Proverbios 18:13). Algo que denota nuestro conocimiento, entendimiento y
sabiduría es nuestra capacidad de controlar lo que hablamos, de refrenar la lengua
y de contestar con prudencia y amabilidad (Proverbios 17:27-28).
Antes de conocer a Cristo respondíamos llevados por nuestros
impulsos, pero ahora que el Espíritu de Dios habita en nosotros, nuestras
reacciones no son primarias y desmedidas sino motivadas por el amor. Y si es
amor, el amor no se enoja fácilmente y da un trato paciente, bondadoso y amable
cuando se nos demande una respuesta (1 Corintios 13), en caso contrario
callaremos por amor. Oración.
"Padre, ayúdame a escuchar antes de responder, a tener
siempre una respuesta amable y llena de verdad. Que el amor de Cristo sea el
motor que impulse mi vida y mis relaciones con los demás. Amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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