LA PRESENCIA PERSONAL E ININTERRUMPIDA DEL ESPÍRITU
"El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el
que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me
manifestaré a él. Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te
manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me
ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos
morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que
habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Os he dicho estas cosas
estando con vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre
enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo
que yo os he dicho", Juan 14: 21-26
Si realmente existe un amor sincero de parte de nosotros
hacia Jesús, la manifestación natural debería ser la obediencia a sus mandatos,
sería la respuesta de un corazón agradecido con Él por tanta bondad. Es fácil
decir “te amo”, pero esto no es suficiente ante las exigencias del Señor que
nos pide guardar su Palabra viviendo conforme a ella. Jesús anuncia tres
bendiciones para el que expresa su amor en obediencia: tendrá la seguridad del
amor del Padre, el amor del Hijo, y la manifestación personal de Jesús en su
vida, a través de su Espíritu.
El amor de Jesús es tan inmenso que sabiendo que dejaría
este mundo, no quería abandonarnos a nuestra suerte, sino que por medio del
Espíritu Santo vendría a suplir su ausencia, morando dentro de nosotros. Estuvo
con sus discípulos por un tiempo limitado, pero por medio del Consolador
estaría con nosotros para siempre.
La Palabra Consolador viene del griego paracleto y significa
literalmente “uno llamado al lado de otro para ayudar. Qué gran bendición tener
esa inigualable compañía del Espíritu en nosotros, cuya función es la de
llenarnos con su poder y formar el carácter de Cristo en nosotros para que
afrontemos la vida. Es el Espíritu de verdad, que da testimonio de Cristo,
ayudando, iluminando, fortaleciendo, y exhortando a los creyentes. Sin su
dirección sería imposible cumplir la misión que Jesús nos dejó.
Los que rechazan al Señor Jesucristo no pueden recibir su
Espíritu, porque para ellos la única realidad es la que pueden ver y tocar, no
tienen la capacidad de percibir la presencia maravillosa del Espíritu, ese
conocimiento sólo se puede discernir espiritualmente.
Jesús ofrece dos razones por las cuales sus discípulos
pueden tener un conocimiento íntimo y personal del Espíritu Santo: “porque
permanece con vosotros y estará en vosotros” Juan 14:17, aquí se enfatiza la
presencia personal e ininterrumpida del Espíritu. Demos gracias a Jesús por tan
inmerecido regalo. Oración.
"Gracias Jesús, por tu amor incondicional, por escoger
mi vida para morar en ella con la dulce presencia de tu Espíritu, esto me da la
certeza de que nunca me dejaras solo, sino que permanecerás siempre a mi lado,
ayúdame a caminar a tu lado fortaleciéndome con tu amor y tu poder. Amén.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario