NEGLIGENCIA ESPIRITUAL
“También el que es negligente en su trabajo es hermano del
hombre disipador.”, Proverbios 18:9
“a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando
a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a
todo hombre;”, Colosenses 1:28
Si realizamos nuestro trabajo con negligencia, pereza o con
poco entusiasmo, seremos reprendidos o despedidos en casos más drásticos. La
Palabra de Dios nos dice que la negligencia disipa, es decir causa pérdidas,
que es como si estuviéramos perdiendo tiempo y por tanto también dinero.
Si ser negligente en las cosas materiales trae consecuencias
de pobreza y escasez (Proverbios 19:15), cuanto más terribles son las
consecuencias de ser negligente en las cosas espirituales, puesto que traen
efectos eternos. Mucha mayor pérdida y dolor trae el no obedecer a Dios y
seguir sus principios.
Somos negligentes espirituales cuando no estudiamos la
Palabra de Dios, pues con ella nos capacitamos y preparamos para toda buena
obra. (2 Timoteo 3:16-17)
Somos negligentes espirituales cuando no colocamos en
práctica sus enseñanzas, pues hacerlo nos permite que todo lo que construyamos
tenga bases sólidas y tomemos decisiones que serán para nuestra bendición
(Mateo 7:24-27), incluso para nuestra bendición material, pues al buscar el
reino de Dios como prioridad, lo demás será añadido (Mateo 6:33).
Por esto, el Señor nos amonesta a aprovechar el tiempo para
conocerle y conocer su voluntad, viviendo para agradarle; procurando entender
cada día lo que Él quiere que hagamos, en vez de actuar sin pensar (Efesios
5:15-17).
Una forma de empezar a acabar con la negligencia espiritual
es iniciar a formarnos diligentemente en el entendimiento de la Biblia, lo
podemos hacer en una iglesia local de sana doctrina. Pide a Dios, que te guíe a
iniciar el proceso más importante de tu vida. Oración.
"Mi Señor, quiero iniciar a ser diligente en aprender
de ti y conocer tu Palabra, guíame a una iglesia local donde me enseñen tu
Palabra, y donde puedan instruirme en el conocimiento de aquel que me sacó de
la oscuridad a la luz verdadera de Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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