La Vista Desde La Montaña Versión Jesús
“…JESÚS TOMÓ A PEDRO, A JACOBO Y A… JUAN… A UN MONTE ALTO”
(Mateo 17:1)
Fíjate en tres cosas.
(1) No todos son aptos para subir al monte.
Jesús escogió a los tres que tenían que ir. No llamó a todos
sus discípulos, ni les explicó o se disculpó con aquellos que se quedaron
abajo. Dios nos ama a todos por igual, pero no nos da a todos los mismos grados
de experiencias con Él. Dios es el que llama, no nosotros, por lo que puedes
confiar en Él. Él sabe lo que está haciendo.
(2) Los que suben no son necesariamente más sabios o más
espirituales.
Tras ver a Jesús transfigurado en el resplandor de la gloria
de Dios, Pedro dijo sin tino: “Si quieres, haremos aquí tres enramadas: una
para ti, otra para Moisés y otra para Elías” (Mateo 17:4). Pedro fue sincero,
pero estaba sinceramente equivocado. Resiste la tentación de hablar, en lugar
de esperar a oír lo que Dios tiene que decir, o de proyectar tu ministerio en
torno a una experiencia que tuviste con Dios diseñada para equiparte
personalmente, y no para que se convierta en el tema y el énfasis de tu vida.
(3) El plan de Dios es manifestar a Jesús y no a ti, y ésta
es una lección que tenemos que aprender una y otra vez.
“Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió y se oyó
una voz desde la nube, que decía: “Éste es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia; a él oíd” “Cuando ellos alzaron los ojos, no vieron a nadie, sino
a Jesús sólo” (Mateo 17:5-8). El mayor desafío de tu vida es alcanzar el lugar
donde te centras en “nadie más que Jesús”. La relación más importante que
puedas tener es con Él. El único plan que puede salir bien es el que Él te ha
dado. Y el poder necesario para cumplir ese plan, viene sólo de Él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario