Razones para regocijarse
Aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y
glorioso.
1 Pedro 1:8
Los cristianos tenemos muchas razones para regocijarnos. La
principal se basa en quién es Dios: Él es soberano. Esa es la verdad más
grandiosa acerca de Dios. Nada está fuera de su control, y Él lo controla todo
a fin de obrar para nuestro bien (Ro. 8:28). Él tiene un conocimiento infinito
de todos los aspectos de la vida; dónde estamos y qué decimos (Sal. 139:2-4). Y
Él ejerce su conocimiento en perfecta sabiduría. El conocer así a Dios nos debe
dar gozo inefable y glorioso.
También debemos regocijarnos porque Dios nos salvó, nos
adoptó y prometió darnos una herencia en Jesucristo (Ef. 1:1-11). Cuando Cristo
regrese, disfrutaremos de su presencia y del lugar celestial preparado para
nosotros (Jn. 14:2-3). Hasta entonces, tenemos el gozo de saber que Dios ha
prometido satisfacer todas nuestras necesidades (Fil. 4:19). Además, tenemos el
privilegio de servir al que más amamos. Eso incluye el dar las buenas nuevas a
los perdidos y alentar a los hermanos en la fe para que crezcan en su amor y en
su servicio a Él. También podemos tener gozo al saber que podemos orar a Dios
en cualquier momento (He. 4:15-16). Como árbol firmemente plantado
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da
su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.
Salmo 1:3
Muchas personas en la sociedad quieren tener una vida más
estable. A los que viven agobiados por la ansiedad y no pueden manejar sus
circunstancias, el mundo ofrece muchísimas soluciones que no dan resultado.
Lamentablemente, muchas iglesias han seguido al mundo al
creer que el hombre solo puede resolver sus problemas mediante la psicología
secular; algo que no puede cumplir sus promesas.
¿Dónde puede hallar estabilidad? La respuesta está en el
Salmo 1, que comienza: "Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo
de malos, ni estuvo en camino de pecadores" (v. 1) y termina: "Por
tanto, no se levantarán los malos en el juicio… Porque Jehová conoce el camino
de los justos; mas la senda de los malos perecerá" (vv. 5-6).
La persona que anda con Dios sabe lo que es la estabilidad,
pero la que lo rechaza anda dando tropiezos en una existencia sin sentido.
¿Cuál quisiera ser usted?
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