Colosenses 3:7-8
Ustedes las practicaron en otro tiempo, cuando vivían en
ellas. Pero ahora abandonen también todo esto: enojo, ira malicia, calumnia y
lenguaje obsceno.
La primera parte se refiere a los versículos anteriores que
hablan de la inmoralidad sexual, bajas pasiones, impureza, malos deseos y
avaricia. Dice que antes vivíamos en ellas pero no más. La Biblia hace varias
menciones sobre la vida antes y después de conocer a Jesús. De hecho Jesús
mismo nos dejó varios ejemplos de lo que éramos y lo que ahora somos. Pablo
entendió el mensaje y está tratando de compartirlo con la iglesia de Colosas y
principalmente contigo y conmigo. Ya no somos la misma persona. Antes tenías un
estilo de vida, una consciencia, una forma de pensar y actuar. Eso terminó. Ese
estilo de vida, esa consciencia, esa forma de pensar y actuar ahora están
guiadas por los principios de Jesús y la palabra de Dios. Ya no puedes ser la
misma persona. No puedes tener luz y oscuridad al mismo tiempo. Si ya has
conocido la verdad a través de Cristo, no puedes seguir viviendo en la mentira:
las practicaron en otro tiempo cuando vivían en ellas. Ya no vives en ellas.
Cristo te ha transformado. Tus malos hábitos deben parar.
El seguir a Jesús, como he escrito, implica cambios y
ajustes. Algunos más radicales que otros, pero nunca terminan. Pienso en Pablo
tratando de explicar a los colosenses que no se trata solamente de cumplir con
unos cuantos principios y listo, sino que cuando terminamos con una lista,
comienza una nueva. Primero analizamos nuestra conducta y moral sexual,
nuestros deseos e impurezas. Ahora es necesario indagar más profundo y sacar
nuestros enojos, iras, malicias, calumnias y groserías (lenguaje obsceno).
Hay un dicho que dice: el que se enoja pierde. ¡Es tan
cierto! Con nuestro enojo podemos causar tanto daño. Podemos lastimar aún más.
Si lo dejamos seguir se convierte en ira y la cosa se pone peor. Recuerda la
última vez que te enojaste…
¿Lo pudiste controlar? ¿Lo entregaste a Dios para que no se
quedara en ti, o simplemente lo dejaste explotar y salió lo peor de ti?
Pienso que a veces Dios permite que atravesemos situaciones
difíciles o específicas, las cuales sacarán lo que hay realmente en nuestro
interior y que debemos trabajar. No hay casualidades. Que tengas a alguien en
tu trabajo que no toleres, que tu vecino sea tan difícil, que las cosas no
salgan como querías, que llegues a tu límite, todo esto tiene la intención de
sacar lo que ha estado guardado por tanto tiempo dentro de ti y que te des
cuenta que es necesario trabajarlo entregándolo a Dios. Ya no vivimos como
antes porque ya no somos como antes. Te recomiendo que medites en ello. Medita
en los principios de la Biblia y cómo los has aplicado o cómo los has evitado.
¿Qué te hace falta entregar? ¿Qué bendición ha sido el entregarlos?
Oración
Padre: definitivamente solo buscas que en mi vida haya
bendición. Gracias por enseñarme a través de tu palabra que lo que hacía antes
no trae nada bueno a mi vida y que es necesario dejar de hacerlo. Ayúdame a
entender y percatarme de todo aquello que debe ser transformado dentro de mí.
Te lo pido en Cristo Jesús
Amén
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