El Espíritu vrs La Carne, una Lucha Diaria
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en
Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”
Romanos 8:1
Si hablamos de luchas diarias no podemos dejar a un lado la
lucha que mantiene nuestro espíritu con nuestra carne. La verdad es que antes
cuando estábamos sin Cristo vivíamos conforme a los deseos de la carne y en la
corriente de este mundo. Pero desde el mismo momento que abrimos nuestro
corazón para que Jesús entrara en el, fuimos liberados de la esclavitud del
pecado por lo cual comenzamos a percibir las cosas que son del Espíritu.
Tampoco voy a negar que ese mismo instante comenzó lo que
personalmente denomino como “Lucha mano a mano entre la carne y el espíritu”,
pero más allá de esa lucha mano a mano que sostienen diariamente debe de
existir en nosotros un deseo ferviente de agradar a Dios por cualquier medio,
pues Él ha sido maravilloso para con nosotros.
Por esa razón quiero enfocar este tema a la lucha diaria que
mantiene la carne contra nuestro espíritu, sé que no te estoy hablando en otro
idioma y tu mejor que nadie has de saber muy bien a que se le llama lucha entre
la carne y el espíritu, pero si aún tienes duda a continuación te lo detallo.
LA CARNE. (La carnalidad es una forma de vida en que prevalece
una actitud en esencia destructiva.)
Para que podamos entender un poco mejor esta posición
tratare de explicártelo: en sentido figurado llamamos carne a la concupiscencia
de querer cometer pecado, definitivamente todos somos atraídos por el pecado,
desde el principio de la creación el pecado se presentó al hombre como deseo de
querer realizar algo que va en contra de lo que Dios ha estipulado.
Si decimos que una persona anda en la carne, nos referimos
en su manera de vivir, en pocas palabras dando rienda suelta a sus deseos
pecaminosos y olvidándose de agradar a Dios.
El pecado es atractivo para el ojo humano, pero detestable
para Dios, es ahí en donde comienza lo que denominó “Lucha entre la carne y El
Espíritu”
EL ESPÍRITU.
Todos nosotros somos seres tripartitos (1 Tesalonicenses
5:23), es decir que estas compuestos por espíritu, alma y cuerpo. El espíritu
es el que se comunica con Dios, es decir que el que percibe las cosas que son
de Dios y el que tiene como propósito agradarlo. En oposición a la carne,
espíritu es, como reflejo de la gracia de Dios, una fuerza que da vida y la
protege. Podemos contrastar la obra de la carne con el fruto del espíritu en la
carta a los Gálatas.
Si decimos que una persona anda en el espíritu, nos
referimos a que anda conformo a la voluntad de Dios, no satisfaciendo los
deseos de la carne sino más bien los de Espíritu de Dios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario