El control soberano
Elegidos según la presciencia de Dios.
1 Pedro 1:2
A través de los años, las teologías arminianas y calvinistas
han estado en polos opuestos. La teología reformada tradicional, que llamamos
calvinismo, subraya la soberanía de Dios, pero la teología arminiana en
realidad subraya la soberanía del hombre. Enseña que Dios es útil al dar ayuda
espiritual, pero que uno tiene que encontrarla en sí mismo para ir a Cristo,
perseverar en la fe, alcanzar metas espirituales y obtener victorias
espirituales.
¿Qué resulta de esa clase de teología? Una persona puede
decir que confía en Cristo, pero en realidad confía en sí misma. Eso muestra la
creencia de que el poder para escoger la salvación, o perderla por el fracaso
espiritual, pertenece a la persona. Suponga que usted creyera que tenía esa
clase de poder. ¿Puede imaginarse lo que sería enfrentarse a la muerte y
preguntarse si no pudiera entrar en el cielo porque había cometido muchísimos
pecados? Esa incertidumbre causará ansiedad, no seguridad.
Confiar plenamente en Dios requiere conocimiento de su
gracia soberana: Que una persona es escogida, redimida, mantenida y glorificada
por Dios, que es el iniciador. Reaccione ante los problemas con acción de
gracias
Sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda
oración y ruego, con acción de gracias.
Filipenses 4:6
En vez de orar a Dios con duda o descontento, el creyente ha
de acercarse a Dios con un espíritu de acción de gracias. Por eso Dios prometió
que nada en nuestra vida será demasiado para que lo soportemos (1 Co. 10:13).
Él ha prometido hacer que todo obre para nuestro bien (Ro. 8:28), y
"perfeccionarnos, afirmarnos, fortalecernos y establecernos" en medio
de nuestro sufrimiento (1 P. 5:10).
Todas las dificultades están dentro del propósito de Dios,
de modo que podemos darle gracias por su poder y sus promesas. Pedro dijo que
echemos "toda [nuestra] ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de
[nosotros]" (1 P. 5:7). Al hacerlo, hemos de ser agradecidos por su
providencia, su promesa de perfeccionarnos, la gloria que Él recibirá del
cumplimiento de su voluntad, y por las pasadas misericordias que son la promesa
de bendiciones futuras. La paz celestial
La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento.
Filipenses 4:7
El versículo de hoy promete calma o tranquilidad interior al
creyente que ora con una actitud agradecida. Observe que no promete cuál será
la respuesta a nuestras oraciones.
Esa paz "sobrepasa todo entendimiento", lo cual se
refiere a su origen divino. Trasciende el intelecto, el análisis y la agudeza
de los seres humanos. Ningún consejero humano puede dársela a usted porque es
un don de Dios.
El verdadero reto de la vida cristiana no es eliminar toda
circunstancia desagradable de su vida, sino confiar en el infinito, santo,
soberano y poderoso Dios en medio de toda situación.
Jesús dij "Estas cosas os he hablado para que en mí
tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al
mundo" (Jn. 16:33). Así que comience a vivir en el plano sobrenatural,
reconozca que vive en un mundo caído, y permita que Dios haga su obra perfecta en
usted. Y Dios le dará su paz cuando se entregue confiado en sus manos. La
protección de la paz
La paz de Dios... guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4:7
El versículo de hoy se refiere a la paz de Dios que protege
nuestro corazón y nuestros pensamientos. "Guardará" es un término
militar que significa "seguir observando". Los creyentes de Filipos
vivían en una ciudad fortificada donde estaban los soldados romanos para
proteger los intereses del imperio en aquella parte del mundo. De igual manera,
la paz de Dios nos protege de la ansiedad, la duda, el temor y la angustia.
El creyente que no vive en la confianza de la soberanía de
Dios carecerá de su paz y quedará en el caos de un corazón atribulado. Pero
nuestra segura confianza en el Señor nos permitirá darle gracias en medio de
las pruebas porque tenemos la paz de Dios que protege nuestro corazón y nuestra
mente.
Cuando Pablo se refiere a nuestro corazón y nuestros
pensamientos, no hace distinción alguna entre ellos. Es una declaración amplia
que describe todo el ser interior de la persona. Gracias a nuestra unión con
Cristo, Él protege con su paz todo nuestro ser. Y eso es lo que nos ayuda a ser
espiritualmente estables.
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