Hechos 17:29-31
Por tanto, siendo descendientes de Dios, no debemos pensar
que la divinidad sea como el oro, la plata o la piedra: escultura hecha como
resultado del ingenio y de la destreza del ser humano. Pues bien, Dios pasó por
alto aquellos tiempos de tal ignorancia, pero ahora manda a todos, en todas
partes, que se arrepientan. Él ha fijado un día que juzgará al mundo con
justicia, por medio del hombre que ha designado. De ello ha dado pruebas a
todos al levantarlo de entre los muertos.
Ghandi. Este hombre pudo derribar a un ejército y vencer a
una nación poderosa a través de la no violencia y promoviendo el amor entre los
unos y los otros. Siguió a la perfección el amor al prójimo del que habla
Jesús. Considerado como una buena persona y que realizó extraordinarias cosas
en su vida, dando ejemplos de la sencillez y congruencia que podemos tener al
hablar y actuar, resulta difícil pensar si ese hombre está en el cielo o no.
Pero no se trata de hacerla de Dios para que nosotros decidamos y tristemente
como creyentes caemos en esta mala costumbre de hablar sobre quién sí y quién
no ha entrado al cielo al morir. La biblia nos dice que solamente podemos ir a
la presencia del Padre a través de Jesús. Si Ghandi no reconoció a Cristo, por
consecuencia, cuando sea juzgado, no tendrá Redentor que pague por sus pecados.
Pablo no tuvo miedo de hablar sobre el juicio de Dios a
pesar de que no conocía a nadie de su público. No consideró que fuera un tema
“delicado” o tabú. Claramente anunció que seremos juzgados y que por esta razón
mandó a su Hijo para que nos arrepintamos y reconciliemos con Él. En ocasiones
me han preguntado sobre cómo compartir a Cristo. Qué decir y qué no decir.
Mucha gente piensa que no deben hablar del juicio de Dios porque “espantan” a
los que oyen pues no es fácil de entender. Si bien, no creo que exista una
lista con 5 pasos a seguir para la perfecta predicación, me parece que no
debemos encerrarnos a una o dos características del Señor. Si resulta
congruente y necesario, debemos hablar de cada detalle de Jehová. No podemos
omitir que cada uno de nosotros seremos juzgados por pensar que es muy “duro”
de escuchar.
Por otro lado, me gusta cómo Pablo aclara quién es Dios. No
está hecho por oro ni plata o cualquier piedra preciosa. Esta es nuestra forma
de pensar y limitamos a Dios a lo que conocemos y comprendemos. Pensamos en
piedras preciosas y en algo grandioso y se lo adjudicamos a Dios. Dios es Dios.
Creador y Todopoderoso. ¿Por qué insistimos en darle dimensiones humanas? ¡Es
imposible! Pablo nos dice, no trates de encasillar a Jehová. Va más allá de lo
que puedas imaginar. Ni lo más precioso que ves en este mundo puede asimilarse
a su grandeza. No puedes capturar su imagen con una escultura ni limitar su
tamaño con un gran templo. Este es el Dios de la biblia.
Oración
Padre: perdona mis pecados y límpiame. Quiero reconciliarme
contigo y pasar mi eternidad junto a Ti. Hoy entiendo que no estás en un templo
o en una escultura sino que eres omnipresente y omnipotente. Perdóname si he
juzgado y criticado. No permitas que mi corazón se llene de soberbia y sea
humilde y sencillo. Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén
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