viernes, 29 de enero de 2016

¿Quién te dice la verdad?

¿Quién te dice la verdad?
“EL QUE REPRENDE A OTRO HALLARÁ DESPUÉS MAYOR GRACIA QUE EL QUE LISONJEA CON LA LENGUA” (Proverbios 28:23)
El hecho de tener menos información no te hace inferior. La vida es una escuela y cada nuevo contacto nos enseña algo. Cualquier cosa que otros saben, no lo supieron siempre. La mayor acusación que tiene la ignorancia es la de no querer aprender, así que, aprovecha cada oportunidad que tengas. Pero asegúrate de elegir a las personas adecuadas: las que han ganado el derecho de ponerse a tu lado y cuando es oportuno te hacen preguntas difíciles, te traen perspectiva y te mantienen bien encaminado. Si se da el caso de que Dios te envíe tales personas, aquí tienes cuatro principios que te ayudarán a tratarles correctamente:  (1) Muestra aprecio
Una actitud de “no lo espero de ellos, así que yo tampoco se lo voy a mostrar” te hará daño y te cerrará las puertas en el futuro. Nunca tomes las cosas por concedido y no te olvides de dar las gracias.
(2) Lleva tu propia carga
No seas ni egoísta ni oportunista. Busca siempre la manera para que tu presencia sea apreciada, y que la gente no se sienta obligada a estar contigo. La vida no te debe nada excepto una oportunidad para crecer.
(3) Mantente abierto y “ve al grano” sobre lo que quieres
Conversaciones vagas y dobles motivos suponen que la otra persona es  de algún modo menos inteligente que tú. Esto puede ser fatal…
(4) Entiende los Límites
Porque otros conocen a alguien lo bastante bien para llamarle a él o ella por su nombre de pila, no significa que tú deberías hacer lo mismo. Si alguien dice: “Hola, mi nombre es Carlos”, no contestes con un: “¿Qué pasa contigo, tío?”. Demuéstrale respeto. No trates de cambiar el protocolo para acoplar el ambiente al que tú estás acostumbrado. Respeta los límites, igual que a los demás, y siempre tendrás personas en la vida que podrán ayudarte a llegar a donde tienes que ir.

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