La Historia Del Rey David: El Camino Al Trono
“…HE HALLADO A DAVID… VARÓN CONFORME A MI CORAZÓN…” (Hechos 13:22)
Cada vez que Dios describe a alguien como “un varón conforme a mi corazón”, estudia a estas personas con detenimiento. Consideremos la vida de David.
Tuvo unos orígenes humildes pero un final grandioso. David comenzó como pastor y acabó como rey. Las posibilidades de que algo así ocurriera eran prácticamente nulas. En esos días los pastores eran considerados tan bajos en la escala social que no podían ser testigos en un tribunal; no se creía que su palabra fuera fiable. Y sin embargo David acabó escribiendo los salmos más leídos y apreciados de todos los tiempos. Cuando invitas a Dios en tu vida, Él anula todos los impedimentos de tu pasado y vuelve a escribir tu futuro. Pero debes escoger lo que Él ha escogido para ti. Hay un contraste interesante entre Pablo y David. Pablo “hizo de las suyas” antes de tener un encuentro con Cristo, pero luego llevó una vida ejemplar.
David llegó a ser rey a los treinta años; no obstante, en sus cuarenta años de reinado, tuvo algunos fracasos devastadores. Esto nos enseña dos cosas:
1) No te apresures a juzgar.
Las cosas no llegan a su fin hasta que Dios no lo dice. La historia de David es una amonestación para el trasgresor, una reprensión para el que se crea moralmente superior, un testimonio de la justicia de Dios que no va a dejar que escapemos de las consecuencias de nuestros hechos y también de su amor que nunca nos va a abandonar.
2) Dios puede sacar algo bueno de cualquier circunstancia.
Puede tomar toda experiencia por la que hayas pasado, tanto negativa como positiva y transformarla para que produzca algo bueno, ya sea para ti o para otros. Cuando te propones cumplir los propósitos de Dios a pesar de tus errores, Él hace que: “…todas las cosas [te] ayuden a bien…” (Romanos 8:28).
HE HALLADO A DAVID VARÓN CONFORME A MI CORAZÓN (Hechos 13:22)
David fue ungido como rey cuando era adolescente, pero no ascendió al trono hasta los treinta años. Aquí vemos un patrón:
1) Dios llama al hombre.
A pesar de no ser valorado por su familia y de ser pasado por alto por el profeta Samuel, Dios eligió a David. También eligió a Débora, en una sociedad dominada por los varones, para que dirigiera la nación. Deja de imaginarte lo que va a hacer Dios y de compararte con los demás. ¿No tiene derecho el alfarero de hacer del mismo barro unas vasijas para usos especiales y otras para fines ordinarios? (Romanos 9:21, NVI). Hemos rechazado a muchas personas que Dios usó, lo cual indica nuestro gran desconocimiento. 2) Dios decide el plan.
“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. (Filipenses 1:6). ¿Quién lo decide? ¡Dios! ¿Quién lo hace? ¡Dios! ¿En quién debería estar nuestra confianza? ¡En Dios! Los planes de Dios para David suponían años de esquivar las lanzas de Saúl, vivir en cuevas y trabajar con 600 desahuciados de la sociedad, quienes dan una nueva definición a la palabra “disfuncional”. Dios te entrena en un ámbito pequeño para que puedas luego manejar uno mayor.
3) Dios sabe el tiempo que se necesita.
“Por la fe y la paciencia [resistencia] heredan las promesas”. (Hebreos 6:12). La resistencia significa estar firme bajo presión. El premio lo gana el hombre o la mujer que se ha comprometido a largo plazo. José se negó a abandonar sus sueños; eso fue lo que le hizo capaz de no acceder a las proposiciones sexuales de la mujer de Potifar y de soportar la cárcel sin merecerlo. Pero llegó el día en que Potifar y su esposa tuvieron que arrodillarse delante de José. Por lo tanto, ¡pon tus ojos en el premio y no te rindas!
HE HALLADO A DAVID VARÓN CONFORME A MI CORAZÓN (Hechos 13:22)
David sabía que Samuel venía a su casa a buscar a un rey y que él no había sido invitado, y eso duele. ¿Cómo reaccionó entonces? ¿Pidió que alguien pusiera su nombre en una de las bolitas de la suerte? ¡No! “El enaltecimiento”[viene de] Dios (Salmo 75: 6-7). David sabía que nadie podía impedir que Dios lo bendijera. Escucha: “Samuel” lo ungió en medio de sus hermanos. (1 Samuel 16:13). Si te mantienes fiel, Dios te levantará en medio de los que te pasan por alto o te rebajan.
Cuando el Espíritu de Dios dejó al rey Saúl, éste fue atormentado por malos espíritus y acabó consultando a una adivina. No es de extrañar que David orara: “No quites de mí tu Santo Espíritu”. (Salmo 51:11). Si Dios te ha llamado a hacer algo en particular, Él te dará la gracia necesaria; pero si no te ha llamado a hacerlo, eso mismo te atormentará día y noche.
¡Prepárate para tener problemas! Al igual que los hermanos de José, algunos dirán de ti: “Matémoslo y echémoslo en una cisterna” Veremos entonces qué será de sus sueños. (Génesis 37:20). ¿Por qué van a decir eso los que se suponen que te quieren? Porque en realidad no saben quién eres ni reconocen tu sueño dado por Dios. Espera rechazo en la primera etapa, sobre todo cuando no hay pruebas tangibles que corroboran el sueño que Dios te ha dado. Cuando David demostró una fe lo bastante grande para enfrentarse a Goliat, su hermano mayor Eliab le llamó arrogante y se llenó de rencor hacia él (1 Samuel 17:28). ¿Por qué habrá puesto Dios esas historias en la Biblia? “Todas estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros” (1 Corintios 10:11)
“…HE HALLADO A DAVID… VARÓN CONFORME A MI CORAZÓN…” (Hechos 13:22)
Cada vez que Dios describe a alguien como “un varón conforme a mi corazón”, estudia a estas personas con detenimiento. Consideremos la vida de David.
Tuvo unos orígenes humildes pero un final grandioso. David comenzó como pastor y acabó como rey. Las posibilidades de que algo así ocurriera eran prácticamente nulas. En esos días los pastores eran considerados tan bajos en la escala social que no podían ser testigos en un tribunal; no se creía que su palabra fuera fiable. Y sin embargo David acabó escribiendo los salmos más leídos y apreciados de todos los tiempos. Cuando invitas a Dios en tu vida, Él anula todos los impedimentos de tu pasado y vuelve a escribir tu futuro. Pero debes escoger lo que Él ha escogido para ti. Hay un contraste interesante entre Pablo y David. Pablo “hizo de las suyas” antes de tener un encuentro con Cristo, pero luego llevó una vida ejemplar.
David llegó a ser rey a los treinta años; no obstante, en sus cuarenta años de reinado, tuvo algunos fracasos devastadores. Esto nos enseña dos cosas:
1) No te apresures a juzgar.
Las cosas no llegan a su fin hasta que Dios no lo dice. La historia de David es una amonestación para el trasgresor, una reprensión para el que se crea moralmente superior, un testimonio de la justicia de Dios que no va a dejar que escapemos de las consecuencias de nuestros hechos y también de su amor que nunca nos va a abandonar.
2) Dios puede sacar algo bueno de cualquier circunstancia.
Puede tomar toda experiencia por la que hayas pasado, tanto negativa como positiva y transformarla para que produzca algo bueno, ya sea para ti o para otros. Cuando te propones cumplir los propósitos de Dios a pesar de tus errores, Él hace que: “…todas las cosas [te] ayuden a bien…” (Romanos 8:28).
HE HALLADO A DAVID VARÓN CONFORME A MI CORAZÓN (Hechos 13:22)
David fue ungido como rey cuando era adolescente, pero no ascendió al trono hasta los treinta años. Aquí vemos un patrón:
1) Dios llama al hombre.
A pesar de no ser valorado por su familia y de ser pasado por alto por el profeta Samuel, Dios eligió a David. También eligió a Débora, en una sociedad dominada por los varones, para que dirigiera la nación. Deja de imaginarte lo que va a hacer Dios y de compararte con los demás. ¿No tiene derecho el alfarero de hacer del mismo barro unas vasijas para usos especiales y otras para fines ordinarios? (Romanos 9:21, NVI). Hemos rechazado a muchas personas que Dios usó, lo cual indica nuestro gran desconocimiento. 2) Dios decide el plan.
“Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. (Filipenses 1:6). ¿Quién lo decide? ¡Dios! ¿Quién lo hace? ¡Dios! ¿En quién debería estar nuestra confianza? ¡En Dios! Los planes de Dios para David suponían años de esquivar las lanzas de Saúl, vivir en cuevas y trabajar con 600 desahuciados de la sociedad, quienes dan una nueva definición a la palabra “disfuncional”. Dios te entrena en un ámbito pequeño para que puedas luego manejar uno mayor.
3) Dios sabe el tiempo que se necesita.
“Por la fe y la paciencia [resistencia] heredan las promesas”. (Hebreos 6:12). La resistencia significa estar firme bajo presión. El premio lo gana el hombre o la mujer que se ha comprometido a largo plazo. José se negó a abandonar sus sueños; eso fue lo que le hizo capaz de no acceder a las proposiciones sexuales de la mujer de Potifar y de soportar la cárcel sin merecerlo. Pero llegó el día en que Potifar y su esposa tuvieron que arrodillarse delante de José. Por lo tanto, ¡pon tus ojos en el premio y no te rindas!
HE HALLADO A DAVID VARÓN CONFORME A MI CORAZÓN (Hechos 13:22)
David sabía que Samuel venía a su casa a buscar a un rey y que él no había sido invitado, y eso duele. ¿Cómo reaccionó entonces? ¿Pidió que alguien pusiera su nombre en una de las bolitas de la suerte? ¡No! “El enaltecimiento”[viene de] Dios (Salmo 75: 6-7). David sabía que nadie podía impedir que Dios lo bendijera. Escucha: “Samuel” lo ungió en medio de sus hermanos. (1 Samuel 16:13). Si te mantienes fiel, Dios te levantará en medio de los que te pasan por alto o te rebajan.
Cuando el Espíritu de Dios dejó al rey Saúl, éste fue atormentado por malos espíritus y acabó consultando a una adivina. No es de extrañar que David orara: “No quites de mí tu Santo Espíritu”. (Salmo 51:11). Si Dios te ha llamado a hacer algo en particular, Él te dará la gracia necesaria; pero si no te ha llamado a hacerlo, eso mismo te atormentará día y noche.
¡Prepárate para tener problemas! Al igual que los hermanos de José, algunos dirán de ti: “Matémoslo y echémoslo en una cisterna” Veremos entonces qué será de sus sueños. (Génesis 37:20). ¿Por qué van a decir eso los que se suponen que te quieren? Porque en realidad no saben quién eres ni reconocen tu sueño dado por Dios. Espera rechazo en la primera etapa, sobre todo cuando no hay pruebas tangibles que corroboran el sueño que Dios te ha dado. Cuando David demostró una fe lo bastante grande para enfrentarse a Goliat, su hermano mayor Eliab le llamó arrogante y se llenó de rencor hacia él (1 Samuel 17:28). ¿Por qué habrá puesto Dios esas historias en la Biblia? “Todas estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros” (1 Corintios 10:11)
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