Hch 11:1-18
Vv. 1-18.El estado imperfecto de la naturaleza humana se manifiesta con mucha fuerza, cuando personas santas se molestan aun al oír que se ha recibido la palabra de Dios, porque no se prestó atención a su método. Somos muy dados a desesperar de hacer el bien a los que, al probarlos, muestran que tienen deseos de ser enseñados. Causa de la ruina y daño de la iglesia es excluir de ella, y del beneficio de los medios de gracia, a los que no son como nosotros en todo. Pedro contó todo lo pasado. En todo momento debemos soportar las debilidades de nuestros hermanos y, en lugar de ofendernos o de contestar tibiamente, debemos explicar los motivos y mostrar la naturaleza de nuestros procedimientos.
Ciertamente es correcta la predicación con la que se da el Espíritu Santo. Aunque los hombres son muy celosos de sus propios reglamentos, deben cuidarse de no resistir a Dios; y quienes aman al Señor le glorificarán cuando se aseguren que ha otorgado arrepentimiento para vida a todos sus congéneres pecadores. El arrepentimiento es don de Dios; no sólo lo acepta su libre gracia; su gracia omnipotente obra en nosotros, la gracia quita el corazón de piedra y nos da uno de carne. El sacrificio de Dios es un espíritu quebrantado.
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