Arrebatada
la victoria de las garras del infierno
Ésta te
herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Génesis
3:15
Desde
principios de los tiempos Satanás y sus secuaces han estado en guerra con Dios.
Vemos ese conflicto cósmico muchas veces en las Escrituras (p. ej., Job 1; Dn.
10:13). Después del aparente triunfo de Satanás en causar la caída de la
humanidad, Dios predijo su final destrucción por el Mesías, que triunfaría
finalmente a pesar de un aparente revés (Gn. 3:15).
Como
resultado, Satanás trató de destruir el linaje mesiánico destruyendo al pueblo
de Dios. Cuando eso fracasó, trató de matar al Mesías niño (Mt. 2:16-18).
Cuando eso no dio resultado, trató de corromper al Mesías (Mt. 4:1-11). Al
fracasar en ese intento, instigó a las multitudes para que lo mataran. Incluso
trató de asegurarse de que el Mesías no pudiera salir del sepulcro.
Se ha dicho
que el infierno debe de haber estado en medio de su carnaval cuando llegó
Jesucristo. Es probable que estuvieran celebrando la victoria que con tanto
esfuerzo habían tratado de alcanzar, pero quedaron abruptamente desilusionados.
Ilustración
de la salvación
Esperaba la
paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual
pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.
1 Pedro
3:20
Génesis 6:9
hasta 8:22 cuenta cómo Noé y su familia fueron librados del diluvio. Fueron los
únicos que creyeron la advertencia de Dios de la venidera catástrofe mundial.
Como resultado, toda la humanidad se ahogó en el juicio, menos ellos.
Noé predicó
la justicia de Dios durante los ciento veinte años que le llevó construir el
arca. Como tenía el tamaño de un moderno trasatlántico (Gn. 6:15), de seguro
que llamaba la atención. Pero debe de haber sido desalentador construir el arca
y predicar su significado durante más de un siglo, pero lograr que le creyera
solo su familia inmediata.
El tremendo
esfuerzo de Noé se invirtió en construir un barco que luego usó durante un año,
pero aquellas ocho personas estuvieron a salvo del juicio de Dios cuando llegó.
El arca les sirvió de refugio del juicio universal de Dios. ¡Qué ilustración
tan gráfica de la salvación!
Seguridad
en Cristo
El bautismo
que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la
carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la
resurrección de Jesucristo.
1 Pedro
3:21
Así como el
diluvio ahogó a todo el mundo menos a unos pocos en el juicio de Dios, así
caerá sobre todos el juicio final. Pero los que están en Jesucristo pasaran por
el juicio estando seguros. Estar en Cristo es como estar en el arca:
"Navegamos seguros en medio de las tempestades del juicio".
El bautismo
al que Pedro se refiere en el versículo de hoy está calificado por la
declaración "no quitando las inmundicias de la carne, sino como la
aspiración de una buena conciencia hacia Dios". El único bautismo que
salva a una persona es el de la muerte y la resurrección de Jesucristo. Los
creyentes mueren y son sepultados con Cristo debido a su unión con Él, y salen
después al nuevo mundo de su resurrección.
El arca de
Noé fue como una tumba; quienes estaban en ella murieron a su viejo mundo
cuando entraron. Cuando salieron de ella, experimentaron algo parecido a una
resurrección al entrar en un mundo nuevo. Eso, nos dice Pedro, es semejante a
la experiencia de todo cristian espiritualmente entramos en Cristo y morimos al
mundo del que vinimos, y un día resucitaremos a un mundo nuevo y a una vida
nueva.
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