Mantengamos la calma y la confianza en Dios aun en medio de
las adversidades
“Porque has puesto al Señor, que es mi esperanza, al
Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada.”
Salmos 91:9-10 RVR1960
Una promesa poderosa para estos tiempos donde se levantan
grandes enfermedades y plagas (virus), para que confiemos en el Señor más que
nunca, porque en esto radica nuestra fortaleza: en mantener la calma y la
confianza en Dios aun en medio de las dificultades (Isaías 30:15). Estos
momentos son precisos para que nuestra fe, más preciosa que el oro, sea
acrisolada por el fuego de las adversidades y para que mostremos que la fe que
tenemos en nuestro salvador Jesucristo, es verdadera.
Él nos advirtió lo que vendría hace dos mil años
aproximadamente. En Mateo capítulo 24 podemos estudiar lo que nos dijo acerca
de estos tiempos, no para asustarnos, sino para que supiéramos que el mismo
hombre al vivir sin el amor de Dios, recoge las consecuencias de su pecado y de
su maldad (Mateo 15:1-20). Las profecías de Jesús nos muestran que Él está
siempre con nosotros y hasta el último momento está dispuesto a perdonarnos,
limpiarnos de toda maldad y darnos vida eterna. Pero estamos llamados a vivir
vigilantes y a hacer su voluntad, mientras regresa nuestro Señor. (Mateo
24:42-51).
Por lo tanto, conservemos la calma; hoy más que nunca
demostremos a Dios que le creemos y que lo hemos puesto a Él como nuestro
refugio. ¿Confiamos en Dios en todo tiempo? También estemos vigilantes,
creciendo en el conocimiento del Señor y anunciando el mensaje de salvación. Oración.
«Señor, en ti he puesto mi confianza y mi esperanza, eres mi
refugio y mi castillo, bajo tu sombra estoy seguro, te he puesto como mi
habitación, por tanto, en ti descanso y me gozo en tu presencia que me libra de
todo mal. Amén.» Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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