Mantengamos la calma y la compostura - Parte 1
“Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro
lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había
también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y
echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la
popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no
tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al
mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo:
¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?” Marcos 4:35-40
Cuántas veces en nuestra vida las tormentas se desatan en el
momento menos esperado. Sentimos temor, o reaccionamos con enojo, nos
desesperamos y terminamos tomando malas decisiones o actuando de forma
incorrecta, empujados por el ruido de la tormenta.
Jesús nos enseñó con la situación narrada en este pasaje, a
no tener temor y a conservar la calma, porque Él está en control. Les enseñó a
sus discípulos a enfrentar la tormenta usando la fe, pues precisamente ésta
tiene el poder de detener tormentas. Él nos ha dado su Espíritu Santo, para que
no tengamos temor, seamos valientes y llenos de amor para enfrentar cualquier
situación que se nos presente. (2 Timoteo 1:7).
Cuando escuchamos el ruido de una dificultad, somos como los
discípulos en la barca que preguntan a Dios: ¿no tienes cuidado que perecemos?,
o ¿por qué me ocurre esto a mí? ¿Somos de los que confiamos plenamente en Dios
porque sabemos que Él tiene poder para ayudarnos en cualquier situación y
mantenemos, por tanto, la calma y la compostura? Oración.
«Señor, ayúdame a confiar en ti aún en la tormenta más
oscura, lléname de tu Espíritu y aleja todo temor de mí, porque sé que tú
tienes el poder para socorrerme y llenarme de paz. Amén. Difundiendo el mensaje
de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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