El tercer cordel
“Y si alguno
prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se
rompe pronto.” Eclesiastés 4:12
Vivimos en un mundo conectado en línea, pero más
desconectados que nunca los unos de los otros. Nos dividen formas de pensar y
creencias diferentes, pero sobre todo con certeza nos divide el pecado, porque
nos aleja de Dios y su perfecta, buena y agradable voluntad, y también del amor
a nuestro prójimo.
Cristo es el pegamento que une verdaderamente a las
personas, porque limpia nuestros pecados, quita la condenación que nos amarga
profundamente y coloca un amor en nosotros, que permite que amemos a los demás
con un amor verdadero, honesto y sin buscar nada a cambio.
Cuando experimentamos ese verdadero amor, puede haber
diferencias, pero no divisiones, pues somos seres únicos que vamos conociendo y
madurando en la verdad que nos une en amor, y es Cristo mismo, ¡Él es la
verdad!
Este es el secreto para mantenernos unidos: el tercer
cordel, es decir, la presencia de Dios en medio de nosotros, claro, primeramente,
en nuestro corazón. Oración.
«Gracias Señor, porque el hilo de tu amor nos une, nos hace
uno, para que todos conozcan que tú estás en nosotros, los que hemos creído en
el nombre de tu hijo Jesús. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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