1 Juan 1:8-10
Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros
mismos y no tenemos la verdad. Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es
fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad. Si afirmamos que
no hemos hecho pecado, lo hacemos pasar por mentiroso y su palabra no habita en
nosotros.
Muchas personas tienen la idea (errónea) que deben “cambiar”
para poder acercarse a Dios. Piensan que no son bien recibidos tal cual y como
están y por ello no tienen comunión con Él. Además, hay aquellos que
simplemente no les gusta el principio de reconocer que han pecado. En otras
palabras, ¿por qué aceptar que estoy mal? Los entiendo. No es fácil aceptarlo. Y,
por último, tristemente tenemos a aquellos que ya tienen comunión con Dios y por esta razón creen
que todo lo que hacen está “bien” y los demás son los que están mal. ¿Ya te
identificaste? Para los primeros, les tengo una gran noticia: Dios te ama tal
cual eres el día de hoy. Leíste bien. Dios te ama tal y como estás y eres. Él
vino a rescatar a los enfermos. Vino por el desamparado. Vino por el perdido.
Vino por ti. Cristo convivió con aquellas personas que eran expulsadas de las
ciudades. Y no solo eso, las tocaba y abrazaba. Así hoy, el Señor quiere
abrazarte y consolarte. Ven a Él. Pide perdón. No importa lo que hayas hecho.
La muerte de Jesús cubre absolutamente todo. El mensaje de Juan nos dice que
Dios es fiel para perdonarnos y limpiarnos cuando confesamos nuestros pecados.
No lo pienses más. Confiésate ante Dios. No necesitas a otra persona. Tú solo.
Dile a Dios que estás arrepentido.
El segundo grupo de personas resulta más triste su historia.
A nosotros nos corresponde orar por ellos. Si tú te encuentras en esa
categoría, debes saber que las reglas no las ponemos nosotros sino Dios. No se
trata que estés o no de acuerdo. Dios es soberano y está por encima de ti y de
mí. Nuestra naturaleza es caída. El pecado habita en nosotros y no podemos
hacer nada más que reconocerlo y acudir a Cristo para ser perdonados. Sé que
difícil aceptarlo. Sé que tienes muchas dudas. Te recomiendo que abras tu
entendimiento. Baja tu guardia y escucha de la palabra de Dios para que sea Él
quien hable a tu corazón.
Por último, están aquellos que no han comprendido el mensaje.
Juan nos dice: si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros
mismos. El hecho de aceptar a Cristo no quiere decir que nos hemos convertido
en una especie de ser “perfecto”. ¡Seguimos teniendo la misma naturaleza
pecaminosa! ¿Entonces por qué la biblia habla de nacer de nuevo? Se refiere al
nacimiento espiritual y no carnal.
Cada uno de nosotros somos pecadores. No somos perfectos y
nunca lo seremos. Lo que sí puedes ser es una persona que busca constantemente
ser transformado por Dios y dejar atrás todo aquello que no le agrada. Puedes
ser una persona que anuncia el evangelio de Cristo como lo hizo Juan en esta
carta. Puedes decirle a la gente que Dios quiere perdonar a todos aquellos que
confesamos nuestros pecados. Puedes anunciar que no necesitamos ser “buenos”
para recibir este perdón. Puedes trabajar día a día para que el Espíritu tome
control de cada área de tu vida y tu carne se vuelva menos importante.
Recuerda, no somos perfectos. Pero tampoco practicamos el pecado Debemos ser
humildes y reconocer nuestra necesidad de Dios. Así como lo hizo Juan, ¡anuncia
el mensaje!
Oración
Padre: yo quiero recibir tu perdón. Confieso que soy pecador.
Confieso que no soy digno de presentarme ante Ti. Hoy aprendí que me amas y me
perdonas y te pido que así sea en mi vida. Reconozco mi necesidad de Ti.
Reconozco que Tú eres Dios y tu hijo murió por mí. Limpia mi vida y permite que
nazca de nuevo y seas Tú quien guíe mis pasos. Te lo pido en el nombre de
Cristo Jesús. Amén
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