Ahora
ya usted es cristiano. Eso significa que Dios lo ha añadido a su
iglesia o reino (Hechos 2.41,47; 1 Corintios 12.13). Ser cristiano denota que
uno posee el perdón de Dios y la vida eterna. Todo cristiano es nueva criatura
(2 Corintios 5.17) por cuanto ha nacido de agua y del Espíritu (Juan 3.3-5;
Tito 3.5). Además, esto deja ver que ya usted posee "el Espíritu Santo, el cual
ha dado Dios a los que le obedecen" (Hechos 5.32; vea también Romanos 8.9
y Efesios 1.13). Ahora debe mantenerse fiel y sin caída (1 Corintios 10.11,12;
Hebreos 2.1-3). Su moral y espiritualidad han de ser de acuerdo con la voluntad
de Dios. El móvil del comportamiento cristiano siempre será el amor a Dios y al
prójimo. Si rechaza el mal, es por amor; si practica el bien, es por amor
(Romanos 12.2, 9-21; 13.8-10,14). La santidad y amor de Jesucristo han de
reflejarse en usted, "porque
todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis
revestidos" (Gálatas
3.27).
Como
cristiano, usted sabe que no ha de llevar ningún nombre
denominacional. Sólo basta decir que es cristiano. Sí, cristiano nada más. En
Hechos leemos que los discípulos de Jesucristo eran conocidos como cristianos
(Hechos 11.26). También por Hechos 26.28 sabemos que ese era su calificativo.
Pedro demuestra lo mismo cuando dice: "si
alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por
ello"(1 Pedro 4.16). El cristiano rechaza todos los calificativos
sectarios, porque sabe que los mismos no tienen asidero bíblico y sólo sirven
para confundir y dividir al mundo religioso.
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