Como
cristiano, usted debe adorar al Señor (Juan 4.23,24). En el Nuevo
Testamento, Dios no exige un lugar exclusivo de adoración; pero sí, ser adorado
de manera correcta: "en
espíritu y en verdad" (Juan
4.24). Aun cuando las construcciones de edificios resultan de gran ayuda para
las reuniones de la iglesia, el Nuevo Testamento no dice nada en cuanto a
ellas. Los primeros cristianos se reunían como iglesia en sus propias casas.
Por ejemplo, Pablo saluda a Aquila y a Priscila y "a la iglesia de su
casa" (Romanos
16.5). Y en la epístola a los Corintios se registra el saludo de"Aquila
y Priscila, con la iglesia que está en su casa" (1 Corintios 16.19). También Pablo
saluda a Ninfas "y a
la iglesia que está en su casa" (Colosenses
4.15). Y en la epístola a Filemón, Pablo y Timoteo saludan a este cristiano "y a la iglesia que está en
tu casa" (Filemón
2).
La
adoración cristiana está revelada con toda exactitud en el Nuevo Testamento.
Incluye: Estudio de la
palabra de Dios, oración, cánticos, la
Cena del Señor o comunión, y ofrenda.
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