Caminando en humildad
“Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los
soberbios, y da gracia a los humildes.” Santiago 4:6
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;” Mateo
11:29
Caminar en humildad es una actitud que nos permite ver y experimentar
la multiforme gracia de Dios en nuestra vida, porque Dios resiste al soberbio,
pero da gracia al humilde. Sin embargo, encontramos que la humildad no se halla
dentro de las obras que salen del corazón del hombre, contrario a la soberbia
que sí se encuentra dentro de este listado, en Marcos 7:21-22 el Señor Jesús
dice “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos
pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos,
las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la
maledicencia, la soberbia, la insensatez.” Entonces, ¿cómo hacer para caminar
en humildad?
Pues bien, la humildad, por su parte, es una virtud que
encontramos en el fruto del Espíritu Santo, en Gálatas 5:23 traducida como
“mansedumbre”; de modo que, caminar en humildad solo nos es posible cuando cada
día tomamos la decisión que se nos insta en Gálatas 5:16-17 que dice “Digo,
pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el
deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne;
y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.”
Andar en el Espíritu es directamente proporcional a caminar
en humildad, pues si nosotros cada día decidimos y perseveramos en rendirnos ante
Dios, depender de Él y estar en su presencia, entonces, su Santo Espíritu nos
llenará y las virtudes de su fruto en nuestra cotidianidad se reflejarán.
Hermanos, aceptemos el llamado que sin cesar, nuestro Señor nos hace, vayamos a
Él y permanezcamos en Él para aprender de su mansedumbre y humildad, y
descubramos cómo su gracia en todos los aspectos de nuestra vida nos exaltará y
hará descansar. Oración.
«Padre, gracias por todo el favor que en cada actividad de mi
día me das y me permites experimentar; gracias por enseñarme que caminar en
humildad, reconociendo mi necesidad de ti y sujetándome a tu voz, por la guía y
poder de tu Espíritu, es la manera para de tu gracia, recibir; todo el honor y
la gloria para ti por lo que haces en mí y a través de mí, pues sé que es solo
por Jesucristo, amén.
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