Que se conviertan ellos a ti
“Pero la
serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios
había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: ¿No comáis de
todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los
árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio
del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.
Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el
día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios,
sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y
que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y
tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió, así como
ella.” Génesis 3:1-6
Cuando
leemos el relato de la caída del hombre en Génesis 3, podemos ver cómo Eva es
fuertemente influenciada por la serpiente quien, en ese momento, representa a
Satanás. Observamos que su modo de operar fue acercarse a ella, llamar su
atención, alterando lo que Dios le había dicho, lograr una conversación con
ella y en medio de esta, con su insistencia, convencerla de que Dios la había
engañado. Finalmente, la mujer envuelta por la mentira de Satanás y cediendo a
sus deseos carnales, decide desobedecer a su Creador.
Podemos
reflexionar, entonces, acerca de la influencia que tienen los demás en
nosotros. Eva no comió porque a ella se le ocurrió o porque sola tomara la
decisión, no, ella fue llevada y motivada por alguien más. Como mencionamos en
el devocional de ayer, no estamos para señalar o rechazar a quien todavía no
comparte nuestra fe, pero debe ser claro el propósito por el cual nos
relacionemos con ellos; es para que la luz de Cristo en nosotros alumbre sus
vidas; para que nuestra conversación, fundamentada en la verdad de Dios, ponga
en evidencia todo lo que está en oscuridad, todo lo que no es agradable al
Señor; en pocas palabras, para que se conviertan ellos a nosotros y no nosotros
a ellos. Oración.
«Padre, que
tu amor, la gracia de nuestro Señor y la comunión con tu Espíritu, me permitan
ser tu instrumento para llevar tu verdad y así alumbrar la vida de los demás,
amén. Difundiendo el mensaje de
Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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