El amor del Hijo
“En esto se
mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito
al mundo, para que vivamos por él.” 1 Juan 4:9
Entendemos
el amor del Hijo como un amor sacrificial que se da a sí mismo, que se da todo,
que es capaz de dar la vida; por esta razón es un amor que nos llama a no vivir
para nosotros mismos, sino para aquel que nos amó primero y entregó su vida en
rescate por nosotros (Romanos 14:7-8); luego de recibir este amor del Hijo
somos llamados a amar a otros de la misma manera que Él nos amó, ya no haciendo
un sacrificio en rescate, pues solo Él puede calificar como nuestro redentor,
pero sí entregando todo el amor recibido a nuestro prójimo. Esta es la medida
que el Señor Jesús colocó en el nuevo mandamiento que nos dio: “Un mandamiento
nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os
améis unos a otros.”, Juan 13:34.
Pero este
amor también es el amor de un amigo, pero no de cualquier amigo, sino un amigo
que fue capaz de incomodarse hasta lo sumo para servir y dar la vida por sus
amigos; y este es el nuevo nivel de amor al que estamos llamados por este amor
del Hijo, el ser sus amigos, compartiendo tiempo con Él en oración, conociendo
en profundidad la palabra de Dios para entender y hacer parte de sus planes,
pues Él mismo nos enseñó: “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe
lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí
de mi Padre, os las he dado a conocer.” (Juan 15:15).
Jesucristo,
lleno de un amor sacrificial, entregado y fiel, sí es el mejor amigo que ahora
podemos tener y el amor sin reservas que podemos experimentar. Oración.
«Señor
Jesús, que el amor más puro y perfecto que de ti he recibido, sea lo que me
lleve a vivir para ti; anhelo conocerte cada día más y ser tu amigo; que tus
planes sean los míos y que tu amor sea a todos extendido, amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo
último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese propósito
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